El alero madrileño ha querido despedirse de nuestra afición con estas líneas.
Como muchos habréis leído, el año que viene jugaré en el C.B. Canarias tras varias temporadas en el C.B. Gran Canaria.
Han sido cuatro años maravillosos, en los que he tenido la suerte de conseguir (junto a mis compañeros y entrenadores) los mejores resultados en la historia del club. Todavía guardo en mi memoria ese tercer partido en Vitoria que nos dio el pase a semifinales, las veintidós victorias en fase regular y cómo no, esos cuartos de final contra Bilbao Basket con la marea amarilla totalmente volcada en el fondo del “Buesa Arena”.
Por el camino he podido disfrutar y aprender de muchísimos jugadores que han compartido vestuario y me han ayudado a esforzarme más cada día y hacerme mejor. Quisiera destacar también a todas las personas y entrenadores que giran en torno al Club, por haberme ayudado a sentirme como en casa y a crecer como jugador y como persona. GRACIAS a todos vosotros.
He preferido despedirme personalmente de la mayoría de ellos pero aun así quería agradecer y reconocer su trabajo en esta carta.
Y a vosotros afición ¿qué os voy a contar que no hayáis vivido conmigo o que no sepáis? Gracias una y mil veces por acogerme como un canarión más, por vuestra simpatía y vuestro cariño en cada esquina. Siempre recordaré esa presión y esa motivación extra que sentía al jugar en el CID, para mí era como jugar entre 5.000 amigos.
Ahora nuestros caminos se dividen. Empiezo nuevos retos y aventuras con la mayor ilusión posible. Os deseo lo mejor para el futuro y nos veremos pronto, esta vez, os tocará “sufrirme” como rival.
GRACIAS de todo corazón.
Han sido cuatro años maravillosos, en los que he tenido la suerte de conseguir (junto a mis compañeros y entrenadores) los mejores resultados en la historia del club. Todavía guardo en mi memoria ese tercer partido en Vitoria que nos dio el pase a semifinales, las veintidós victorias en fase regular y cómo no, esos cuartos de final contra Bilbao Basket con la marea amarilla totalmente volcada en el fondo del “Buesa Arena”.
Por el camino he podido disfrutar y aprender de muchísimos jugadores que han compartido vestuario y me han ayudado a esforzarme más cada día y hacerme mejor. Quisiera destacar también a todas las personas y entrenadores que giran en torno al Club, por haberme ayudado a sentirme como en casa y a crecer como jugador y como persona. GRACIAS a todos vosotros.
He preferido despedirme personalmente de la mayoría de ellos pero aun así quería agradecer y reconocer su trabajo en esta carta.
Y a vosotros afición ¿qué os voy a contar que no hayáis vivido conmigo o que no sepáis? Gracias una y mil veces por acogerme como un canarión más, por vuestra simpatía y vuestro cariño en cada esquina. Siempre recordaré esa presión y esa motivación extra que sentía al jugar en el CID, para mí era como jugar entre 5.000 amigos.
Ahora nuestros caminos se dividen. Empiezo nuevos retos y aventuras con la mayor ilusión posible. Os deseo lo mejor para el futuro y nos veremos pronto, esta vez, os tocará “sufrirme” como rival.
GRACIAS de todo corazón.
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