El equipo amarillo luchó hasta el final pero no pudo con un superior Lokomotiv Kuban (71-86)
Matt Janning, Mardy Collins, Ryan Broekhoff, Ian Vougioukas,… El Lokomotiv Kuban de Sasa Obradovic se plantó en el Gran Canaria Arena con argumentos de sobra para llevarse el triunfo. Argumentos que trascendían, de sobra, un palmarés continental de mucho mérito en los últimos años.
Y no tardó el conjunto de la región rusa de Kuban en demostrar que sus armas estaban cargadas y no habían olvidado cómo disparar. Janning abrió fuego con un triple al que siguió otro de Sasu Salin. Los de Casimiro aceptaron el reto como buen vaquero a la salida de un bar. Pero en esa historia siempre hay uno que sale escaldado. Si bien en los compases iniciales supieron contrarrestar el acierto del conjunto de Krasnodar, los isleños pronto se vieron a remolque.
Tras el 9-8 alcanzado con un mate de Hendrix a pase de O’Neale, los visitantes lograron un parcial de 2-9 que les lanzó en el marcador. Ni tan siquiera dos triples consecutivos de Sasu Salin saliendo de bloqueo permitieron a los claretianos cerrar el primer cuarto con ventaja. Janning y Collins, desde la intensidad en el juego exterior, guiaron a los suyos (19-25).
Lo peor de la primera mitad estaba por llegar. Y es que el Herbalife Gran Canaria se quedó mudo durante gran parte del segundo envite. Se encasquilló la pistola, los gestos fueron lentos, y el Lokomotiv Kuban jugó a placer. Broekhoff y Janning anotaron dos triples consecutivos para poner un impresionante 5/5 de acierto en el casillero global de su equipo y abrir el parcial de inmejorable manera.
El griego Vougioukas complementaba perfectamente el acierto exterior y una canasta suya bajo el aro (24-35, minuto 14) obligaba a Casimiro a pedir tiempo muerto para intentar buscar soluciones. Unas soluciones que no acababan de llegar. La diferencia llegó a ser de catorce puntos. Solo el empuje de Bo McCalebb, que cogió el toro por los cuernos a falta de ideas ofensivas, mantuvo al equipo claretiano con opciones de remontada (36-47).
Lluvia de triples
El paso por vestuarios no pareció tener el efecto deseado por la parroquia amarilla y el propio equipo. El choque prosiguió con su inercia de transformación; del ritual anotador compulsivo de los primeros compases a la guerra de guerrillas del segundo acto y, sobre todo, de este tercer parcial. La anotación bajó, el ritmo de juego fue menor y el Lokomotiv, en esas, se sintió más cómodo. La renta llegó a ser de dieciséis puntos (41-57, minuto 26) y fue entonces cuando el Granca reaccionó.
Lo hizo de manera paulatina, sin florituras pero con intensidad. Jugada a jugada, la diferencia llegó a disminuir hasta los ocho puntos tras dos buenas acciones de Hendrix, pero el Lokomotiv Kuban, en el duelo a triples que seguía siendo el choque -siempre lo fue, descaradamente o no- volvió a poner terreno de por medio sin aparente esfuerzo. Janning, Broekhoff, Collins,… Cualquiera valía para los de Obradovic (54-67).
El tercer acto lo había cerrado Janning con un triple en la cara de Albert Oliver, que segundos antes había recibido técnica por protestar. La misión era difícil pero los de Luis Casimiro no rehuyeron de inicio. Aupados por la defensa y por la afición claretiana, los amarillos llegaron a colocarse a solo seis puntos (63-69, minuto 33) tras un mate en contrataque de Xavi Rabaseda.
En un encuentro con olor a épica, equipo y afición creían. Pero el ahínco y la fe fueron insuficientes. Un triple de Janning y dos tiros libres de Mardy Collins fueron la puntilla para un Herbalife Gran Canaria voluntarioso pero incapaz de superar a un equipo ruso muy, muy serio. Al final la diferencia fue cercana a la máxima de toda la noche pese a los intentos amarillos de mantener un buen basket-average.
Derrota por 71-86 para abrir un Top16 en el que esperan también UCAM Murcia y Montakit Fuenlabrada.
Y no tardó el conjunto de la región rusa de Kuban en demostrar que sus armas estaban cargadas y no habían olvidado cómo disparar. Janning abrió fuego con un triple al que siguió otro de Sasu Salin. Los de Casimiro aceptaron el reto como buen vaquero a la salida de un bar. Pero en esa historia siempre hay uno que sale escaldado. Si bien en los compases iniciales supieron contrarrestar el acierto del conjunto de Krasnodar, los isleños pronto se vieron a remolque.
Tras el 9-8 alcanzado con un mate de Hendrix a pase de O’Neale, los visitantes lograron un parcial de 2-9 que les lanzó en el marcador. Ni tan siquiera dos triples consecutivos de Sasu Salin saliendo de bloqueo permitieron a los claretianos cerrar el primer cuarto con ventaja. Janning y Collins, desde la intensidad en el juego exterior, guiaron a los suyos (19-25).
Lo peor de la primera mitad estaba por llegar. Y es que el Herbalife Gran Canaria se quedó mudo durante gran parte del segundo envite. Se encasquilló la pistola, los gestos fueron lentos, y el Lokomotiv Kuban jugó a placer. Broekhoff y Janning anotaron dos triples consecutivos para poner un impresionante 5/5 de acierto en el casillero global de su equipo y abrir el parcial de inmejorable manera.
El griego Vougioukas complementaba perfectamente el acierto exterior y una canasta suya bajo el aro (24-35, minuto 14) obligaba a Casimiro a pedir tiempo muerto para intentar buscar soluciones. Unas soluciones que no acababan de llegar. La diferencia llegó a ser de catorce puntos. Solo el empuje de Bo McCalebb, que cogió el toro por los cuernos a falta de ideas ofensivas, mantuvo al equipo claretiano con opciones de remontada (36-47).
Lluvia de triples
El paso por vestuarios no pareció tener el efecto deseado por la parroquia amarilla y el propio equipo. El choque prosiguió con su inercia de transformación; del ritual anotador compulsivo de los primeros compases a la guerra de guerrillas del segundo acto y, sobre todo, de este tercer parcial. La anotación bajó, el ritmo de juego fue menor y el Lokomotiv, en esas, se sintió más cómodo. La renta llegó a ser de dieciséis puntos (41-57, minuto 26) y fue entonces cuando el Granca reaccionó.
Lo hizo de manera paulatina, sin florituras pero con intensidad. Jugada a jugada, la diferencia llegó a disminuir hasta los ocho puntos tras dos buenas acciones de Hendrix, pero el Lokomotiv Kuban, en el duelo a triples que seguía siendo el choque -siempre lo fue, descaradamente o no- volvió a poner terreno de por medio sin aparente esfuerzo. Janning, Broekhoff, Collins,… Cualquiera valía para los de Obradovic (54-67).
El tercer acto lo había cerrado Janning con un triple en la cara de Albert Oliver, que segundos antes había recibido técnica por protestar. La misión era difícil pero los de Luis Casimiro no rehuyeron de inicio. Aupados por la defensa y por la afición claretiana, los amarillos llegaron a colocarse a solo seis puntos (63-69, minuto 33) tras un mate en contrataque de Xavi Rabaseda.
En un encuentro con olor a épica, equipo y afición creían. Pero el ahínco y la fe fueron insuficientes. Un triple de Janning y dos tiros libres de Mardy Collins fueron la puntilla para un Herbalife Gran Canaria voluntarioso pero incapaz de superar a un equipo ruso muy, muy serio. Al final la diferencia fue cercana a la máxima de toda la noche pese a los intentos amarillos de mantener un buen basket-average.
Derrota por 71-86 para abrir un Top16 en el que esperan también UCAM Murcia y Montakit Fuenlabrada.
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