El equipo amarillo se mostró muy superior al conjunto vasco desde el primer cuarto.
Los pupilos de Luis Casimiro saltaron al parqué del siempre difícil Bilbao Arena conscientes de que había que cambiar el chip y dejar atrás la derrota europea ante Lokomotiv Kuban para confirmar la presencia en la Copa del Rey. Los amarillos arrancaron el choque con una muy buena intensidad ofensiva, haciendo circular el balón con facilidad y generando buenos tiros.
Sin embargo, esa inercia alegre contagiaba la defensa, que en los compases iniciales brillaba por su ausencia. RETAbet Bilbao Basket no era, ni mucho menos, un convidado en la posible fiesta isleña; el equipo de Carles Duran se jugaba también apurar sus opciones coperas. Tras apenas tres minutos, el tanteo era 7-8 favorable a los visitantes y mostraba, de manera breve, el enorme ritmo anotador.
Hervelle mantenía a los suyos con aciertos desde 6,75 pero un parcial de 0-7, con triple de Royce O’Neale incluido, forzaba el tiempo muerto local (14-21, minuto 7). La defensa bilbaína sufría para contener los movimientos ofensivos de un Herbalife Gran Canaria cómodo, buscando siempre acciones de línea de fondo y encontrando opciones de tiro en todo momento. Buva, con una canasta en la pintura, hacía que lloviera menos al término del primer acto (22-27).
El dominio era amarillo y lo siguió siendo en la primera mitad del segundo asalto. Hendrix tomaba el testigo, y Hollins, con un poderoso mate, obligaba a parar el juego tras colgarse de la canasta en un mate y desnivelar el soporte. Un aro pasado de Rabaseda ponía la máxima diferencia (27-36, minuto 24) de la tarde. Fue la llamada de atención que necesitaron Mumbrú y Hervelle.
Fue un Mumbrú y Hervelle contra el mundo en los seis últimos minutos del segundo cuarto. Sin coartada ni cuartel, a pecho descubierto y con el orgullo en la mano y el alma en los ojos. El parcial en ese intervalo de minutos fue de 17-10 y, de los 17 puntos vascos, 15 llegaron de la dupla formada por el alero catalán y el pívot belga. O’Neale, sobre la bocina, mantenía por delante a los visitantes (44-46).
Control en el caos
Todo lo bueno y enérgico que tuvo la primera mitad desapareció en el inicio de la segunda. El caos reinó sobre el parqué de Miribilla y ambos equipos fallaron numerosos tiros abiertos. Tantos, que hubo que esperar casi tres minutos para ver la primera canasta del tercer acto, obra de Bo McCalebb. El base de Nueva Orleans confirmó su progresión de juego y minutos con otro gran encuentro en tierras vascas, finalizando con 12 puntos y 6 asistencias.
Una canasta del propio base americano, precedida por un impresionante mate de Anzejs Pasecniks, obligó a Durán a parar el juego (49-56, minuto 28) al ver cómo el Herbalife Gran Canaria lograba poner tierra de por medio en mitad de la anarquía. Con mayor frialdad en el juego, los claretianos volvieron a controlar el tempo del partido y disfrutaron de una tregua en el acierto de la pareja Mumbrú-Hervelle para elevar la ventaja hasta los nueve puntos. Un mate tras rebote de Hendrix servía de guinda (52-61).
El propio pívot de Alabama, junto a Pablo Aguilar, arrancaban el último período dando las primeras diferencias de dobles dígitos a los grancanarios. Lapornik, con un triple, hacía soñar a los locales (60-66, minuto 35), pero en ningún momento dio la sensación el Granca de perder el control. Gracias, sobre todo, a Albert Oliver.
Si bien McCalebb lideró en las estadísticas al equipo, Albert Oliver comandó los últimos minutos del encuentro sacando a relucir su brillante batuta, su mente genial para el baloncesto. El base catalán puso la calma necesaria para que los amarillos mantuvieran la ventaja y la ampliasen. Importante fue también la labor de Ryan Hollins, recurso buscado con frecuencia en el interior durante varios instantes del último acto. Tres tiros libres del pívot de UCLA pusieron la puntilla a un RETAbet Bilbao Basket que puso más corazón que cabeza en busca de la remontada.
Tras empezar con 0-4 la Liga Endesa, el Herbalife Gran Canaria se mete en la Copa del Rey con un balance de 10-6, esto es, con una racha de 10-2 en la que las dos derrotas llegaron ante FC Barcelona Lassa y Real Madrid.
Sin embargo, esa inercia alegre contagiaba la defensa, que en los compases iniciales brillaba por su ausencia. RETAbet Bilbao Basket no era, ni mucho menos, un convidado en la posible fiesta isleña; el equipo de Carles Duran se jugaba también apurar sus opciones coperas. Tras apenas tres minutos, el tanteo era 7-8 favorable a los visitantes y mostraba, de manera breve, el enorme ritmo anotador.
Hervelle mantenía a los suyos con aciertos desde 6,75 pero un parcial de 0-7, con triple de Royce O’Neale incluido, forzaba el tiempo muerto local (14-21, minuto 7). La defensa bilbaína sufría para contener los movimientos ofensivos de un Herbalife Gran Canaria cómodo, buscando siempre acciones de línea de fondo y encontrando opciones de tiro en todo momento. Buva, con una canasta en la pintura, hacía que lloviera menos al término del primer acto (22-27).
El dominio era amarillo y lo siguió siendo en la primera mitad del segundo asalto. Hendrix tomaba el testigo, y Hollins, con un poderoso mate, obligaba a parar el juego tras colgarse de la canasta en un mate y desnivelar el soporte. Un aro pasado de Rabaseda ponía la máxima diferencia (27-36, minuto 24) de la tarde. Fue la llamada de atención que necesitaron Mumbrú y Hervelle.
Fue un Mumbrú y Hervelle contra el mundo en los seis últimos minutos del segundo cuarto. Sin coartada ni cuartel, a pecho descubierto y con el orgullo en la mano y el alma en los ojos. El parcial en ese intervalo de minutos fue de 17-10 y, de los 17 puntos vascos, 15 llegaron de la dupla formada por el alero catalán y el pívot belga. O’Neale, sobre la bocina, mantenía por delante a los visitantes (44-46).
Control en el caos
Todo lo bueno y enérgico que tuvo la primera mitad desapareció en el inicio de la segunda. El caos reinó sobre el parqué de Miribilla y ambos equipos fallaron numerosos tiros abiertos. Tantos, que hubo que esperar casi tres minutos para ver la primera canasta del tercer acto, obra de Bo McCalebb. El base de Nueva Orleans confirmó su progresión de juego y minutos con otro gran encuentro en tierras vascas, finalizando con 12 puntos y 6 asistencias.
Una canasta del propio base americano, precedida por un impresionante mate de Anzejs Pasecniks, obligó a Durán a parar el juego (49-56, minuto 28) al ver cómo el Herbalife Gran Canaria lograba poner tierra de por medio en mitad de la anarquía. Con mayor frialdad en el juego, los claretianos volvieron a controlar el tempo del partido y disfrutaron de una tregua en el acierto de la pareja Mumbrú-Hervelle para elevar la ventaja hasta los nueve puntos. Un mate tras rebote de Hendrix servía de guinda (52-61).
El propio pívot de Alabama, junto a Pablo Aguilar, arrancaban el último período dando las primeras diferencias de dobles dígitos a los grancanarios. Lapornik, con un triple, hacía soñar a los locales (60-66, minuto 35), pero en ningún momento dio la sensación el Granca de perder el control. Gracias, sobre todo, a Albert Oliver.
Si bien McCalebb lideró en las estadísticas al equipo, Albert Oliver comandó los últimos minutos del encuentro sacando a relucir su brillante batuta, su mente genial para el baloncesto. El base catalán puso la calma necesaria para que los amarillos mantuvieran la ventaja y la ampliasen. Importante fue también la labor de Ryan Hollins, recurso buscado con frecuencia en el interior durante varios instantes del último acto. Tres tiros libres del pívot de UCLA pusieron la puntilla a un RETAbet Bilbao Basket que puso más corazón que cabeza en busca de la remontada.
Tras empezar con 0-4 la Liga Endesa, el Herbalife Gran Canaria se mete en la Copa del Rey con un balance de 10-6, esto es, con una racha de 10-2 en la que las dos derrotas llegaron ante FC Barcelona Lassa y Real Madrid.
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