Exhibición amarilla para lograr la clasificación a cuartos de final de la 7Days Eurocup.
Pedía Luis Casimiro un ambiente similar al del encuentro contra Unicaja para una noche europea y la marea amarilla respondió. Los fieles que acudieron al Gran Canaria Arena se metieron de lleno en el partido desde antes del salto inicial y contagiaron de su energía a un Herbalife Gran Canaria que saltó al parqué lanzado.
Y eso que el ritmo se vio cortado en la primerísima jugada. Tras una buena defensa fuenlabreña, Bo McCalebb anotó un tiro a la desesperada desde casi ocho metros a tabla sobre el reloj de posesión. Los colegiados dieron validez a la canasta tras revisarla y fue la chispa que encendió la mecha claretiana. El conjunto isleño se hizo enorme en ambos lados de la pista, con un McCalebb demoledor cuya velocidad era imposible de igualar por parte de los hombres de Cuspinera. De sus manos, y sobre todo de sus piernas, salían todas las ventajas amarillas. Salin, con dos triples (13-3, minuto 4) obligaba al entrenador visitante a pedir tiempo muerto.
El descanso surtió efecto en las filas fuenlabreñas, que poco a poco lograron superar la intensidad defensiva de los locales. Salin y Pasecniks se vieron pronto con problemas de personales y las rotaciones, normalmente beneficiosas para Herbalife Gran Canaria, dieron esta vez el punto favorable a un Montakit Fuenlabrada que se apoyó en Paunic para lograr un parcial de 0-7 y reengancharse al encuentro. El ritmo de juego era demoledor y en la aparente anarquía triunfaban los isleños, cuya defensa ahogaba a los capitalinos. Oriol Paulí tuvo minutos de vital importancia en el cuarto inicial y un mate de Aguilar en contraataque doblaba el marcador (24-12, minuto 9) para al final quedarse en una diferencia de siete tantos (26-19).
Ryan Hollins es seguro de espectáculo y fue él quien protagonizó las dos primeras acciones del segundo acto. Una de ellas, eso sí, fue negativa, con un tapón ilegal que rápidamente compensó bajando un balón del techo del pabellón que le había colocado Oriol Paulí. El toma y daca era constante pero los visitantes, con tesón y coraje, iban recortando distancias sin hacer demasiado ruido. La salida de Hettsheimeir, la última cara nueva sumada por el plantel de Cuspinera, resultó clave. El brasileño convirtió ocho puntos consecutivos, con dos jugadas de 2+1 incluidas (34-36, minuto 15) que sirvieron para la remontada fuenlabreña.
En el fragor de la batalla, Sasu Salin y Marko Popovic libraban una particular guerra entre bloqueos y continuaciones. Dos anotadores compulsivos como ellos solo podían resolver la disputa tirando. Y el finés se llevó el envite. Salin disparó a los amarillos desde más allá de 6,75 y mantenía a los locales por arriba en un constante toma y daca de un ritmo tan vertiginoso que invitaba a no parpadear. A cada amenaza de despegue amarillo respondía algún francotirador visitante. Paunic fue el último en poner la réplica para mandar el choque al intermedio tal y como empezó: empatado (47-47).
Kuric llevó la diferencia hasta la veintena con un triple y Aguilar la mantuvo ahí. Pero el bloque de Jota Cuspinera no se rindió en ningún momento y en un ejercicio de garra y fe endosó al Granca un parcial de 0-7 en apenas un minuto que mantenía sus esperanzas vivas (74-61).
Y más que vivieron tras un triple de Wear que dejó la renta isleña en tan solo la decena. El Gran Canaria Arena animaba sin parar y llevaba en volandas a sus jugadores en los momentos de más acoso fuenlabreño. Roland Smits lograba clavar otro tiro desde larga distancia (76-69, minuto 32) para meter de lleno en el encuentro a su equipo. La locura seguía instalada sobre el parqué del recinto de Siete Palmas pero las tornas habían cambiado y era Montakit Fuenlabrada quien se beneficiaba de ella.
Albert Oliver puso cordura sobre la cancha con ataques más elaborados, aunque fue un triple de jugón de Royce O’Neale lo que abortó la remontada del equipo visitante. En un encuentro de rachas como este se antojaba difícil aventurarse con dar por sellado el triunfo antes del último sonido de la bocina, pero un estruendoso mate de O’Neale dejó contra las cuerdas (85-70, minuto 35) al corazón de Montakit.
Y el de Texas no se detuvo. El alero finalizó el encuentro con 19 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias y fue la guinda de un pastel delicioso. El de un Herbalife Gran Canaria que sumó un triunfo redondo que les permite medirse a Hapoel Jerusalén en los cuartos de final de la 7Days Eurocup.
Y eso que el ritmo se vio cortado en la primerísima jugada. Tras una buena defensa fuenlabreña, Bo McCalebb anotó un tiro a la desesperada desde casi ocho metros a tabla sobre el reloj de posesión. Los colegiados dieron validez a la canasta tras revisarla y fue la chispa que encendió la mecha claretiana. El conjunto isleño se hizo enorme en ambos lados de la pista, con un McCalebb demoledor cuya velocidad era imposible de igualar por parte de los hombres de Cuspinera. De sus manos, y sobre todo de sus piernas, salían todas las ventajas amarillas. Salin, con dos triples (13-3, minuto 4) obligaba al entrenador visitante a pedir tiempo muerto.
El descanso surtió efecto en las filas fuenlabreñas, que poco a poco lograron superar la intensidad defensiva de los locales. Salin y Pasecniks se vieron pronto con problemas de personales y las rotaciones, normalmente beneficiosas para Herbalife Gran Canaria, dieron esta vez el punto favorable a un Montakit Fuenlabrada que se apoyó en Paunic para lograr un parcial de 0-7 y reengancharse al encuentro. El ritmo de juego era demoledor y en la aparente anarquía triunfaban los isleños, cuya defensa ahogaba a los capitalinos. Oriol Paulí tuvo minutos de vital importancia en el cuarto inicial y un mate de Aguilar en contraataque doblaba el marcador (24-12, minuto 9) para al final quedarse en una diferencia de siete tantos (26-19).
Ryan Hollins es seguro de espectáculo y fue él quien protagonizó las dos primeras acciones del segundo acto. Una de ellas, eso sí, fue negativa, con un tapón ilegal que rápidamente compensó bajando un balón del techo del pabellón que le había colocado Oriol Paulí. El toma y daca era constante pero los visitantes, con tesón y coraje, iban recortando distancias sin hacer demasiado ruido. La salida de Hettsheimeir, la última cara nueva sumada por el plantel de Cuspinera, resultó clave. El brasileño convirtió ocho puntos consecutivos, con dos jugadas de 2+1 incluidas (34-36, minuto 15) que sirvieron para la remontada fuenlabreña.
En el fragor de la batalla, Sasu Salin y Marko Popovic libraban una particular guerra entre bloqueos y continuaciones. Dos anotadores compulsivos como ellos solo podían resolver la disputa tirando. Y el finés se llevó el envite. Salin disparó a los amarillos desde más allá de 6,75 y mantenía a los locales por arriba en un constante toma y daca de un ritmo tan vertiginoso que invitaba a no parpadear. A cada amenaza de despegue amarillo respondía algún francotirador visitante. Paunic fue el último en poner la réplica para mandar el choque al intermedio tal y como empezó: empatado (47-47).
Bravo, Herbalife Gran Canaria
El ambiente era el de las mejores noches europeas y el equipo estuvo a la altura en un tercer cuarto demencial. Estado de flujo, en racha,… Llámenlo como quieran, pero lo cierto es que el Herbalife Gran Canaria firmó diez minutos de bellísima factura. Bo McCalebb volvió a ser el referente de inicio con cuatro puntos consecutivos. Paunic respondía con intención de mantener la tónica con la que se había cerrado el primera mitad, pero no pudieron ponerse a la altura de un Granca que exhibió un nivel cercano a los picos más altos del presente curso. Salin mantuvo su línea y Pasecniks se unió a la fiesta con un poderoso tapón y un mate en alley-oop (63-49, minuto 25) que acabó por enloquecer a la afición. El parcial era de 17-2 y los claretianos no tenían intención de parar.Kuric llevó la diferencia hasta la veintena con un triple y Aguilar la mantuvo ahí. Pero el bloque de Jota Cuspinera no se rindió en ningún momento y en un ejercicio de garra y fe endosó al Granca un parcial de 0-7 en apenas un minuto que mantenía sus esperanzas vivas (74-61).
Y más que vivieron tras un triple de Wear que dejó la renta isleña en tan solo la decena. El Gran Canaria Arena animaba sin parar y llevaba en volandas a sus jugadores en los momentos de más acoso fuenlabreño. Roland Smits lograba clavar otro tiro desde larga distancia (76-69, minuto 32) para meter de lleno en el encuentro a su equipo. La locura seguía instalada sobre el parqué del recinto de Siete Palmas pero las tornas habían cambiado y era Montakit Fuenlabrada quien se beneficiaba de ella.
Albert Oliver puso cordura sobre la cancha con ataques más elaborados, aunque fue un triple de jugón de Royce O’Neale lo que abortó la remontada del equipo visitante. En un encuentro de rachas como este se antojaba difícil aventurarse con dar por sellado el triunfo antes del último sonido de la bocina, pero un estruendoso mate de O’Neale dejó contra las cuerdas (85-70, minuto 35) al corazón de Montakit.
Y el de Texas no se detuvo. El alero finalizó el encuentro con 19 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias y fue la guinda de un pastel delicioso. El de un Herbalife Gran Canaria que sumó un triunfo redondo que les permite medirse a Hapoel Jerusalén en los cuartos de final de la 7Days Eurocup.
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