Encuadrados en la Copa Suzuki Swift conocieron un nuevo rallye para ellos, siempre con la mente puesta en la temporada 2014.
Si bien el resultado final no fue notorio, el propósito principal de Raúl Quesada y Pedro Domínguez sí se cumplió en tierras asturianas. El equipo canario, que contó con el apoyo fundamental de Valleseco, Gran Valle, Casa Rural Las Calas, TurboVag Canarias, Restaurante Hermanos Santana, Queso Casero de Valleseco, Embutidos Carbel, Cultivo de flores Fina, Video Club Oliver, Peluquería Unisex Inma, El Maipez de los García, JRT Motorsport, Chapa y Pintura Carlos García, Taller Dominar, Mecánica Soto y la FALP, conoció de principio a fin uno de los escenarios más complicados del Campeonato de España, un aspecto primordial de cara a repetir como proyecto principal en 2014.
Los de Flamer Motorsport, pletóricos de moral por haber podido reunir los recursos necesarios para viajar al Campeonato de España, debían acoplarse a un Suzuki Swift que, en nada parecido a lo que Raúl Quesada ha pilotado estos últimos años, era el 50% del reto del fin de semana. El piloto de Valleseco definió su participación en Asturias como “muy productiva”, y es que la prioridad “era conocer el terreno en toda su integridad”, por lo que el bagaje de cara a un futuro es importante. “Desde los reconocimientos nos dimos cuenta de estar ante uno de los rallyes más difíciles”, y es que Quesada y Domínguez descubrían en primera persona el particular asfalto del ‘Villa de Llanes’.
El inicio tuvo como protagonista a la cautela, aprovechando los primeros kilómetros para encontrar el feeling con el Suzuki Swift. “Nos costó bastante adaptarnos al coche, y en esos instantes de conocimiento lógicamente nos dejábamos muchos segundos”, apuntaba un Quesada que, lejos de mirar la clasificación, se centraba en su progresión. “Sin prisa pero sin pausa”, el piloto de Valleseco mejoraba en las repeticiones de los tramos que la logística le permitía, y es que “las neutralizaciones nos privaron de kilómetros y de comparativa en alguna que otra ocasión”.
La unidad de ‘Race Seven’ ofrecía garantías en términos de fiabilidad, lo que suponía otro detalle fundamental en el propósito de ver la meta del Rallye Villa de Llanes a toda costa. Un camino en el que se interponía una meteorología adversa en los compases finales, dejando un asfalto todavía más complicado. Quesada y Domínguez, ahora con más kilómetros al volante del Suzuki Swift, mejoraban sustancialmente en este aspecto, logrando sus mejores cronos cuando más difíciles estaban las cosas. “Fuimos mejorando, como también era lógico, y nos marchamos con buen sabor de boca porque nuestra línea tendía al alza”, aunque el de Valleseco reconoce que debía controlar las “pérdidas de tracción y seleccionar el cambio adecuado para cada momento”. Quesada y Domínguez, generosos como es habitual en ellos, agradecían a los “patrocinadores y la familia todo el apoyo prestado para cumplir este sueño”, que esperan pueda tener continuidad en un futuro no muy lejano.
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