Desde primera hora de la mañana del pasado sábado, mucho antes de que comenzara el desarrollo del I Slalom San Miguel Arcángel, la concejera de Deportes del Cabildo de Tenerife, María del Cristo Pérez, visitaba la instalaciones del recuperado Circuito de Las Adoriñas. Tras el pertinente recorrido por el recuperado recinto automovilístico, junto al presidente de la Federación Interinsular de Automovilismo de Santa Cruz de Tenerife, Benito Rodríguez, y del presidente de la escudería Motor Abona, José Juan Rodríguez, la responsable insular quiso destacar que "por encima de todo, se queda con la cara de satisfacción de los voluntarios y miembros de la organización, por haber conseguido, en las fechas previstas, sacar adelante todo esta obra de acondicionamiento". De igual manera, Pérez resaltó que "el esfuerzo ha sido mucho y eso hay que agradecerlo. Todo esto no sale si no es por la gente, voluntarios, que participan porque quieren y les gusta este deporte", aseveró la consejera, añadiendo además que "es un orgullo que, tras veinte años de la última carrera, tanto el ayuntamiento de San Miguel, la Escudería Motor Abona, como la propia federación hayan trabajado, conjuntamente, para que Tenerife pueda seguir contando con una instalación con tanta historia y que agrada tanto al aficionado".
Del mismo modo, el presidente de la Escudería Motor Abona, José Juan Rodríguez, aclaró que "hay que apostar por este circuito y por las competiciones de motor en San Miguel. Sabemos que los responsables del ayuntamiento están en ello y que el municipio quiere que existan este tipo de pruebas", apostilló el responsable del comité organizador de la cita sureña.
Este mítico trazado de tierra, localizado junto al Polígono de Las Chafiras (San Miguel de Abona), que se encontraba abandonado después de la última prueba que se desarrolló en él, rebrotó durante este fin de semana el auténtico ambiente automovilístico de antaño con el I Slalom San Miguel Arcángel. Multitud de aficionados situados adecuadamente en los márgenes del recorrido de la competición; un firme idóneo, gracias al tratamiento de los organizadores que en poco minutos mitigaban, con el riego oportuno, el polvo provocado por el intenso calor que castigaba ya desde temprana hora; un parque de trabajo, muy cómodo y del gusto de los participantes donde transitaban los vehículos con normal fluidez; incluso, como anécdota destacada, también se ha mantenido el famoso charco que siempre sirvió de símbolo del trazado sureño.
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