Inesperado y caótico final de carrera este pasado sábado en el Rallye Isla Tenerife, en el que los dos integrantes del equipo DISA Copi Sport veían el camino del abandono de forma simultánea. Enrique Cruz y Ariday Bonilla rodaban a un ritmo muy fuerte y en lucha por la victoria cuando ya sólo restaban 10 kilómetros de un durísimo rallye, diciendo adiós a la opción de lograr el título regional.
Por muchos motivos la 40º edición del Rallye Isla Tenerife quedará grabado en la memoria de deportistas y aficionados, una competición que no defraudó en cuanto a la dureza prevista, aunque ésta llegara a calificarse de ‘extrema’. Enrique Cruz y Ariday Bonilla, con el Porsche 911 GT3 de DISA Copi Sport, esperaron impacientes las semanas previas a este carismático rallye, que prometía ser espectacular con tramos ‘de verdad’.
Tras los actos previos celebrados el viernes, léase verificaciones, rueda de prensa de pilotos y ceremonia de salida, toda la emoción quedaba reservada a la jornada de sábado que comenzaría con las cronometradas del norte de la isla. Ahí, Enrique era capaz de mantener el ritmo de cabeza y terminaba las dos primeras secciones a escasas 8 décimas de segundo del liderato: “Ha sido un inicio de rallye muy competido y con la ausencia de lo más temido: la lluvia. Habrá que ver lo que nos deparan los tramos del sur y este, pues empezamos prácticamente de cero tras cuatro tramos.”
Todo quedó reducido a un período de gracia a partir de entonces. La segunda pasada por el tramo de Los Loros fue calificado de “infierno , muy complicado; pero menos que Icor que fue dantesco. No recuerdo algo parecido. Complicadísimo pilotar en estas condiciones. Cualquier cosa puede ocurrir en lo que queda de rallye” argumentaba Cruz, que finalizaba la penúltima sección en segunda posición a 8 segundos del liderato.
Restarían dos tramos cronometrados, los dos grandes atractivos de la prueba pues rescataba las míticas especiales de El Bailadero (denominado en esta ocasión Casas de la Cumbre) y Las Mercedes. Enrique no las conocía como piloto, pero su máximo rival sí. Ambos querían hacer un buen papel y, pese a que militan en el mismo equipo, son grandes deportistas y no iban a dejarse nada en el tintero.
Lo que ocurría en los más de 15 kilómetros de especial en El Bailadero quedará para la historia del automovilismo, con unas condiciones durísimas de intensa lluvia y densa niebla; la visibilidad se calculaba inferior a 10 metros. Si difícil le resultaba circular a los vehículos de la caravana de seguridad, qué decir de un ‘monstruo’ de competición como el Porsche 911 GT3 de DISA Copi Sport con más de 400 CV y tracción a un solo eje…
“Lo dimos todo. La concentración sobrepasaba el 100% pues el factor niebla hace que todo cobre una nueva dimensión. Por momentos teníamos visibilidad cero y dependías de unas notas perfectamente hechas para ‘intuir’ los puntos de frenada y giro. A poco del final del tramo me encontré con el coche accidentado de Fernando, sin señalizar por un oficial y no pude evitar el incidente. Si siempre es desagradable un abandono, en estas circunstancias lo es aún más. Lo siento muchísimo por todos: Capdevila, Ariday, David, el equipo… pero las carreras son así; no hay que darle más vueltas” manifestaba Cruz.
“Ahora toca pensar en la última cita del año, el Rallye Isla de Lanzarote, donde nos jugaremos a una sóla carta el Campeonato Autonómico de Canarias de Rallyes. Quiero, ahora más que nunca, agradecer a todo el equipo DISA Copi Sport su incondicional apoyo y el brindarme esta increíble oportunidad. Y como no, a los aficionados, que acudieron en masa a la prueba y se quedaron con ganas de vernos en el tramo de Las Mercedes, que estaba abarrotado. A todos, de corazón, muchas gracias y nos vemos en Lanzarote” concluyó Enrique.
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