DESDE LA GRADA
Se presenta un inicio de temporada convulsivo en el entorno
deportivo de la U. D. Las Palmas, y no solo por la primera derrota sufrida,
sino por diferentes frentes abiertos en el interior del club que proceden
incluso de la pasada temporada, pero que tienen su base en las contradicciones
que se transparentan durante esta pretemporada. Desde que el presidente Ramirez
salió a la palestra para dar forma a los primeros pasos del nuevo recorrido,
con el anuncio de las bajas y posibles altas en el equipo, se advierten muchas
contradicciones y absurdos entre las ideas expresadas y los resultados de los
pasos realizados hasta la fecha.
Queda aún por
resolver la lista de salidas de jugadores encabezados por David González, que
está enquistada en la actualidad y que en cualquier momento se puede convertir
en bomba de relojería, en tanto que se rumorean fichajes necesarios para cubrir
algunas posiciones como la del
centrocampista, o para la defensa en la que podía encajar Juanpe que
sigue esperando resolución de su caso. Pero además se tenía prevista la salida
de Crisantus, que a la postre se frustró por la negativa del nigeriano a
abandonar la isla o alguna entrada vía Branko que no han cristalizado por las
diferencias de criterios que existe entre los cinco miembros, incluido el
entrenador, de la cúpula deportiva, que desde el principio muestra una serie de
incongruencias que llegan al absurdo o al empecinamiento ocasional. Y entre
tanto se producen las llegadas de Mayor
y Galán vía Lobera con el consentimiento del presidente
que es en definitiva quien tiene la
última palabra, y que seguramente serán habituales en las alineaciones a pesar
del rechazo incomprensible de sectores del respetable (caso Mayor).
Entre las incoherencias que rozan la demagogia, está la última “rajada”
del presidente en contra de la LFP, de la que el club forma parte y además de
forma destacada este año, con la presencia del dirigente amarillo P. Viñayo, en
la directiva del ente que preside Tebas, con participación directa hace unos
días en la decisión de quien desciende o no. Por eso, aunque se pueda estar de
acuerdo con los planteamientos presidenciales, es inadmisible que se forme
parte directa del desaguisado que se denuncia, mostrando una indignación porque
“no va a pasar nada” para los que incumplen aunque se tenga razón.
Se anunciaron las incorporaciones de canteranos a la primera
plantilla, que a medida que ha pasado el tiempo han sufrido variaciones, en tanto
que se ha cometido el disparate de dejar fuera de la pretemporada a Roque y
Tyronne, que venían de cesión, y pasan al ostracismo que corta su progresión, o
se ha tenido que aceptar la marcha de otros jóvenes que no aceptaron
condiciones que en algunos casos eran hasta ofensivas por su cobertura
económica, dada la diferencia entre pertenecer al primer equipo o estar solamente
en su dinámica. En la actualidad no hay claridad meridiana de quienes son los
canteranos que se consideraran del primer plantel o los que tendrán un status
de “sube y baja” del filial para cubrir las necesidades puntuales del
entrenador como sucede con Carlos, o con Artiles que el pasado curso al igual que
otros canteranos no probó “bola” en el primer equipo tras las nulas oportunidades
de Lobera, mientras se fichaba a Pando para calentar banquillo junto al
aragonés.
No es de recibo que el club no tenga una filosofía definida,
en cual debe ser el papel de los canteranos en la trayectoria del equipo y su
aportación y continuidad en los planes deportivos de la temporada, mas aun si
se piensa en los recortes económicos de los que alardea el club, pues no sólo
se trata de mediatizar fichajes como el de Valerón, sino de marcar una línea
coherente de actuación de la que el máximo responsable, sin duda, es el
presidente cuando adopta o permite decisiones deportivas . Se deben aclarar y
consensuar las posiciones de los miembros de la comisión deportiva y el papel
que tiene que desempeñar el entrenador dentro de esa filosofía supuestamente
decidida para evitar las luchas intestinas que solo conducen a incoherencias,
contradicciones y convulsiones que perjudican los intereses de la entidad en
todos los aspectos. Desde nuestra óptica las decisiones tienen que ser objetivas de acuerdo a un proyecto que
tiene que estar definido de antemano, con sus “pros y contras” , donde la línea
la marca la entidad y no los egos de sus componentes ni las improvisaciones a las que estamos habituados en los últimos
años del equipo amarillo.
Mientras los Vitolo, Murillo o Thievy debutan en primera
división y son el pasado a olvidar, aquí se debe pensar en el presente e
inmediato futuro, en nuestras aspiraciones reales, y en la competición que nos
espera esta temporada con el fin de alejar los personalismos y los conflictos
internos que solo conducen a la mala imagen del club. Para ello es necesaria la
coherencia y la discreción, y especialmente en estos días para no generar desde
entornos próximos al club, malas sensaciones y rumores “oficiosos” como los
plazos disponibles del entrenador, o la situación contractual y el posible
apartamiento de los hermanos Castellano de la plantilla por su indecisa
renovación. Por cierto, que hoy Dani ha querido despistar la realidad y matar al mensajero, cuando el transmisor de la
polémica está en el entorno del equipo. Es
solo otra nueva contradicción dentro de la convulsión que se vive.
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