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El expresidente Manuel García Navarro declaró hoy ante el tituar del Juzgado de Instancia nº 1 que nunca "he condonado nada", a la UD Las Palmas. Esta manifestación contradice tanto sus declaraciones reiteradas de que él nunca sería un problema para la entidad, puesto que ha emprendido una amplia ballalla judicial reclamando varias cantidades de diversa cuantía.
La vista oral a la que asistieron como testigos del club su presidente Miguel Ángel Ramírez, el vicepresidente Nicolás Ortega y la responsable de administración, Inmaculada Íñigo, viene motivada por la demanda del expresidente por 1,2 millones de euros, relativos al crédito firmado en julio de 2002 por ocho empresarios.Durante la vista García Navarro admitió también que 420.000 euros de ese crédito no se destinaron al pago de salarios de personal deportivo y no deportivo, sino a otros destinos no pactados con el resto de los empresarios firmantes de aquel crédito salvador para evitar el descenso administrativo. "Eso fue una exigencia de la Caja de Canarias", afirmó el expresidente. Sin embargo, el abogado defensor, Mario Ghosen, subrayó en el alegato final que "el demandante no ha aportado ningún documento que certifique la supuesta exigencia de la Caja de Canarias".
Al contrario. Fue precisamente ese comportamiento por el que se sintieron defraudados los empresarios Freire y Boluda, hasta el punto de demandar la UD a García Navarro y a otro antiguos administradores. Una demanda, por cierto, que no atendió García Navarro en su etapa de presidente y la UD Las Palmas llegó a ser declarada en rebeldía procesal. Es decir, negó a otros en su etapa de presidente lo que ahora reclama para sí mismo.
Por su parte, la UD Las Palmas aportó facturas por 115.000 euros por la venta de abonos, butacas VIP y palcos de empresas que García Navarro disfrutó hasta la temporada pasada sin realizar ningún ingreso en las arcas de la entidad.
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