El equipo amarillo supo sufrir durante tres cuartos para luego dar la estocada definitiva en el acto final, con un vital Oliver.
Tras caer por diez puntos en Bandirma, el Herbalife Gran Canaria recibía al Banvit en el Gran Canaria Arena con el objetivo de ganar para ponerse líder en solitario del Grupo H del Last 32 y, a ser posible, recuperar el average. Se presentaba un partido de vital importancia en las aspiraciones de ambos equipos. Los grancanarios contaban, además, con la baja del alero titular Brad Newley. No iba a ser fácil.
Comenzó pronto el Banvit plasmando su idea de juego en la pista. Rowland logró anotar su primer tiro desde más allá de 6,75 dejando claro que él iba a ser el motor de los turcos desde el inicio. Pero no iba a ser igual que hace siete días, al menos no desde los primeros minutos. Y es que el Herbalife Gran Canaria salió más acertado de cara al aro, con una buena circulación de balón que permitía al equipo amarillo mantenerse cerca en todo momento.
La inspiración de EJ
Es absurdo, quizá, hablar de inspiración, porque es lo que hace cada vez que salta a una pista. Pero lo de EJ Rowland, base del Banvit, rozó lo estratosférico en el primer cuarto. Él fue el líder de su equipo. Ya fuese tirando, penetrando para acabar cerca de canasta o buscando al compañero en la esquina; daba igual, él lo iba a hacer.
Sobre el reloj de posesión Rowland anotaba en un escorzo acrobático e imposible un auténtico canastón para poner cinco de diferencia (5-10, minuto 3) ante un Herbalife Gran Canaria que no lograba hallar el modo de pararle. En apenas tres minutos sumaba ya ocho puntos y amenazaba con seguir.
Pero los locales también tenían su arma anotadora: Kyle Kuric. El escolta estadounidense, uno de los mejores triplistas en lo que llevamos de Eurocup, convirtió tres de tres desde más allá de 6,75 en seis minutos para poner a los suyos por delante (15-14, minuto 6), una ventaja que duró poco.
Y es que Chuck Davis, que salió desde el banquillo, puso la guinda a un primer cuarto celestial de los turcos con un triple que cerraba el acto con dos puntos de ventaja para los visitantes (24-26).
Intercambio de golpes
El segundo cuarto fue un constante intercambio de golpes en el que no parecía haber ningún ganador. Ambos equipos veían el aro con cierta facilidad a pesar de la intensidad de ambas defensas. Kendall y Oliver se aliaron para anotar ocho puntos consecutivos, casi siempre ayudándose mutuamente, y volvían a situar al Herbalife Gran Canaria por arriba.
Un triple de DaJuan Summers, que estuvo muy participativo en los minutos de los que dispuso en pista, parecía asentar el buen ritmo amarillo; nada más lejos de la realidad. El Banvit, impávido ante cualquier ademán de grandeza de los locales, seguía haciendo su juego sin preocuparse de mayores gestos.
Así, poco a poco, Rowland lograba dos tiros libres y la desventaja volvía a ser superior a una canasta (38-42, minuto 17). El Herbalife Gran Canaria no cometía ningún fallo demasiado punible, y aun así no conseguía mandar con claridad. El Banvit hacía un juego casi perfecto apoyándose en un dominador Rowland. Al descanso, la diferencia alcanzaba los seis puntos (45-51).
Los fantasmas pasados
Tras la reanudación todo parecía seguir yendo igual. Tan igual, que vino a la mente el choque de la ida. En Turquía, el Herbalife Gran Canaria lo intentó de todas las maneras, y cuando lograba acercarse en el marcador con el objetivo de remontar, el equipo otomano lograba dispararse con un parcial significativo.
El Banvit llegó a disponer de ocho puntos de ventaja gracias, cómo no, a un imparable Rowland. El base estadounidense anotaba de todas las maneras y hacía fluir el juego de su equipo cuando se veía parado por la defensa claretiana. Eso, por desgracia, sucedía pocas veces.
Pero dos triples consecutivos de Eulis Báez y Albert Oliver obligaban al técnico visitante a pedir tiempo muerto con su equipo gestionando una mínima ventaja de dos puntos (55-57, minuto 24). Tras el parón, el Herbalife Gran Canaria llegó a tener de una posesión para empatar o ponerse por delante en el marcador, pero no consiguió materializarla.
Y el Banvit, como si nada, echó por tierra el esfuerzo amarillo con un parcial 2-7 que volvía a abrir la brecha hasta los siete puntos, reducidos a cinco con dos tiros libres de Kendall que cerraban el cuarto (59-64).
La bacanal de Albert Oliver
Es curioso lo simple que puede parecer a veces el baloncesto. No ya por lo fácil que puede encontrar el juego en equipo un grupo de jugadores, sino por la asombrosa capacidad individual de un solo hombre de cambiar el signo de un choque. Solo es cuestión de meterla. Y en eso, de manera iracunda y ciega, es especialista Albert Oliver.
El veterano base, que hasta el último cuarto había tenido una buena participación en el choque anotando en momentos importantes, se desató en los compases iniciales del acto de la verdad. En dos minutos y diez segundos de partido, Oliver logró convertir tres triples que lanzaron al Herbalife Gran Canaria en el marcador (68-64, minuto 32), dándole la mayor ventaja de la noche hasta ese momento.
Sus tres triples consecutivos abrieron la veda. Respondieron Rowland y Simmons, pero entre medias también Bellas se unió a la fiesta del 6,75. El Herbalife Gran Canaria había logrado, tras treinta minutos de fe y lucha, ponerse por delante en el marcador y gestionar una ventaja.
El Banvit se diluyó como un azucarillo en agua. No logró encontrar su ritmo ofensivo en ningún momento y sufrió en defensa ante el buen hacer de los amarillos. Báez encontraba bajo el aro a Kendall para que el canadiese anotara a placer y casi sentenciara el choque (78-70, minuto 38).
La lucha por el average
En algún momento de la recta final el Banvit fue consciente de que había perdido el partido pero, pero aún, corría el riesgo de perder también el average. Los turcos, que ganaron de diez en su pista, buscaban no caer por dobles dígitos en Gran Canaria. Así transcurrió un último minuto de ajedrez, de faltas tácticas y jugadas elaboradas.
Albert Oliver, que se había quedado con ganas de seguir la fiesta, clavó un triple para locura de un Gran Canaria Arena entregado. El tiro ponía ocho de diferencia (86-78) a 35,9 segundos del final. Bellas recibía una falta y lograba anotar ambos tiros libres igualando el average, pero en la siguiente jugada lograba anotar Davis dos tiros libres.
Aíto García Reneses paró el juego a 7,9 segundos del final para preparar la pizarra. La receta salió a la perfección: Bellas hacia dentro, atrae al ala-pívot rival, Báez se abre, lanza el triple desde la esquina... Y locura absoluta.
Lo intentó el Banvit a la desesperada en la última bola del partido pero no había manera. El Herbalife Gran Canaria había logrado una heroica victoria y, además, quedarse con el average en un choque épico.
Ficha técnica
91. Herbalife Gran Canaria (24+21+14+32): Bellas (9), Kuric (18), O'Leary (6), Báez (18) y Tavares (1) -cinco inicial-, Paulí (2), Summers (3), Kendall (13) y Oliver (21).
80. Banvit Bandirma (26+25+13+16): Rowland (21), Simmons (7), Baron (-), Dragicevic (10) y Candan (3) -cinco inicial-, Edge (5), Davis (17), Gecim (-), Veremeenko (14) y Mutaf (3).
Árbitros: Cmikiewicz (Polonia), Silva (Portugal) y Ozols (Letonia). Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada del Grupo H del Last 32 de la Eurocopa disputado en el Gran Canaria Arena ante 3.081 espectadores
Comenzó pronto el Banvit plasmando su idea de juego en la pista. Rowland logró anotar su primer tiro desde más allá de 6,75 dejando claro que él iba a ser el motor de los turcos desde el inicio. Pero no iba a ser igual que hace siete días, al menos no desde los primeros minutos. Y es que el Herbalife Gran Canaria salió más acertado de cara al aro, con una buena circulación de balón que permitía al equipo amarillo mantenerse cerca en todo momento.
La inspiración de EJ
Es absurdo, quizá, hablar de inspiración, porque es lo que hace cada vez que salta a una pista. Pero lo de EJ Rowland, base del Banvit, rozó lo estratosférico en el primer cuarto. Él fue el líder de su equipo. Ya fuese tirando, penetrando para acabar cerca de canasta o buscando al compañero en la esquina; daba igual, él lo iba a hacer.
Sobre el reloj de posesión Rowland anotaba en un escorzo acrobático e imposible un auténtico canastón para poner cinco de diferencia (5-10, minuto 3) ante un Herbalife Gran Canaria que no lograba hallar el modo de pararle. En apenas tres minutos sumaba ya ocho puntos y amenazaba con seguir.
Pero los locales también tenían su arma anotadora: Kyle Kuric. El escolta estadounidense, uno de los mejores triplistas en lo que llevamos de Eurocup, convirtió tres de tres desde más allá de 6,75 en seis minutos para poner a los suyos por delante (15-14, minuto 6), una ventaja que duró poco.
Y es que Chuck Davis, que salió desde el banquillo, puso la guinda a un primer cuarto celestial de los turcos con un triple que cerraba el acto con dos puntos de ventaja para los visitantes (24-26).
Intercambio de golpes
El segundo cuarto fue un constante intercambio de golpes en el que no parecía haber ningún ganador. Ambos equipos veían el aro con cierta facilidad a pesar de la intensidad de ambas defensas. Kendall y Oliver se aliaron para anotar ocho puntos consecutivos, casi siempre ayudándose mutuamente, y volvían a situar al Herbalife Gran Canaria por arriba.
Un triple de DaJuan Summers, que estuvo muy participativo en los minutos de los que dispuso en pista, parecía asentar el buen ritmo amarillo; nada más lejos de la realidad. El Banvit, impávido ante cualquier ademán de grandeza de los locales, seguía haciendo su juego sin preocuparse de mayores gestos.
Así, poco a poco, Rowland lograba dos tiros libres y la desventaja volvía a ser superior a una canasta (38-42, minuto 17). El Herbalife Gran Canaria no cometía ningún fallo demasiado punible, y aun así no conseguía mandar con claridad. El Banvit hacía un juego casi perfecto apoyándose en un dominador Rowland. Al descanso, la diferencia alcanzaba los seis puntos (45-51).
Los fantasmas pasados
Tras la reanudación todo parecía seguir yendo igual. Tan igual, que vino a la mente el choque de la ida. En Turquía, el Herbalife Gran Canaria lo intentó de todas las maneras, y cuando lograba acercarse en el marcador con el objetivo de remontar, el equipo otomano lograba dispararse con un parcial significativo.
El Banvit llegó a disponer de ocho puntos de ventaja gracias, cómo no, a un imparable Rowland. El base estadounidense anotaba de todas las maneras y hacía fluir el juego de su equipo cuando se veía parado por la defensa claretiana. Eso, por desgracia, sucedía pocas veces.
Pero dos triples consecutivos de Eulis Báez y Albert Oliver obligaban al técnico visitante a pedir tiempo muerto con su equipo gestionando una mínima ventaja de dos puntos (55-57, minuto 24). Tras el parón, el Herbalife Gran Canaria llegó a tener de una posesión para empatar o ponerse por delante en el marcador, pero no consiguió materializarla.
Y el Banvit, como si nada, echó por tierra el esfuerzo amarillo con un parcial 2-7 que volvía a abrir la brecha hasta los siete puntos, reducidos a cinco con dos tiros libres de Kendall que cerraban el cuarto (59-64).
La bacanal de Albert Oliver
Es curioso lo simple que puede parecer a veces el baloncesto. No ya por lo fácil que puede encontrar el juego en equipo un grupo de jugadores, sino por la asombrosa capacidad individual de un solo hombre de cambiar el signo de un choque. Solo es cuestión de meterla. Y en eso, de manera iracunda y ciega, es especialista Albert Oliver.
El veterano base, que hasta el último cuarto había tenido una buena participación en el choque anotando en momentos importantes, se desató en los compases iniciales del acto de la verdad. En dos minutos y diez segundos de partido, Oliver logró convertir tres triples que lanzaron al Herbalife Gran Canaria en el marcador (68-64, minuto 32), dándole la mayor ventaja de la noche hasta ese momento.
Sus tres triples consecutivos abrieron la veda. Respondieron Rowland y Simmons, pero entre medias también Bellas se unió a la fiesta del 6,75. El Herbalife Gran Canaria había logrado, tras treinta minutos de fe y lucha, ponerse por delante en el marcador y gestionar una ventaja.
El Banvit se diluyó como un azucarillo en agua. No logró encontrar su ritmo ofensivo en ningún momento y sufrió en defensa ante el buen hacer de los amarillos. Báez encontraba bajo el aro a Kendall para que el canadiese anotara a placer y casi sentenciara el choque (78-70, minuto 38).
La lucha por el average
En algún momento de la recta final el Banvit fue consciente de que había perdido el partido pero, pero aún, corría el riesgo de perder también el average. Los turcos, que ganaron de diez en su pista, buscaban no caer por dobles dígitos en Gran Canaria. Así transcurrió un último minuto de ajedrez, de faltas tácticas y jugadas elaboradas.
Albert Oliver, que se había quedado con ganas de seguir la fiesta, clavó un triple para locura de un Gran Canaria Arena entregado. El tiro ponía ocho de diferencia (86-78) a 35,9 segundos del final. Bellas recibía una falta y lograba anotar ambos tiros libres igualando el average, pero en la siguiente jugada lograba anotar Davis dos tiros libres.
Aíto García Reneses paró el juego a 7,9 segundos del final para preparar la pizarra. La receta salió a la perfección: Bellas hacia dentro, atrae al ala-pívot rival, Báez se abre, lanza el triple desde la esquina... Y locura absoluta.
Lo intentó el Banvit a la desesperada en la última bola del partido pero no había manera. El Herbalife Gran Canaria había logrado una heroica victoria y, además, quedarse con el average en un choque épico.
Ficha técnica
91. Herbalife Gran Canaria (24+21+14+32): Bellas (9), Kuric (18), O'Leary (6), Báez (18) y Tavares (1) -cinco inicial-, Paulí (2), Summers (3), Kendall (13) y Oliver (21).
80. Banvit Bandirma (26+25+13+16): Rowland (21), Simmons (7), Baron (-), Dragicevic (10) y Candan (3) -cinco inicial-, Edge (5), Davis (17), Gecim (-), Veremeenko (14) y Mutaf (3).
Árbitros: Cmikiewicz (Polonia), Silva (Portugal) y Ozols (Letonia). Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada del Grupo H del Last 32 de la Eurocopa disputado en el Gran Canaria Arena ante 3.081 espectadores
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