La Unión Deportiva Las Palmas afrontaba la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey con una ventaja de (2-3) que cosechó en su visita a Ipurúa. Quique Setién apostó por refrescar el equipo ante la presión que impone la Liga -el domingo viene el líder, Atlético de Madrid- pero alineó a un muy once competitivo frente a un Éibar, que necesitaba remontar el marcador adverso. Los primeros minutos fueron de tanteo. Pese a la necesidad de anotar, no se vio un Éibar demasiado ansioso, mientras Las Palmas, muy ordenada, intentaba desplegar su juego de posesión, buscando sus opciones de fulminar la eliminatoria. Un pase medido de Valerón estuvo a un pelo de convertirlo Willian en el primer tanto. Irureta desvió a córner y tras lanzarse de nuevo el ariete brasileño acariciaba el tanto con un misil que se estrelló en el larguero tras rozar el guardameta vasco el esférico con la punta de los dedos. Primer aviso serio del cuadro insular en el ecuador de la primera parte.
Las Palmas controlaba la situación y administraba su ventaja con solvencia mientras el cronómetro volaba. Wakaso probó suerte con un lanzamiento lejano que se fue bastante alto y así se llegó a la media hora de partido. El encuentro transcurría sin sobresaltos para los amarillos, que contemporizaban e incluso proponían más en ataque. Dani Castellano, en un gran momento de forma, se convirtió en un 'cuchillo' para la defensa armera, partiendo desde el lateral izquierdo. La tranquilidad de que imprime Valerón al juego se notó y así se llegó al minuto 40, sin que la eliminatoria diera impresión de estar en peligro para los intereses locales. Entonces apareció Wakaso, que fue el más listo de la clase presionando al guardameta, que una indecisión envió el balón a saque de banda. Wakaso sacó rápido para dejar la pelota en bandeja a Willian José que con la colaboración de David Juncá anotaba el (1-0) para los amarillos. El público coreó el nombre del ghanés, que contó con la pillería del recogepelotas, que colaboró al enviar el balón rápidamente al africano para sorprender a la zaga vasca. Gran despliegue físico de Wakaso.
El segundo episodio comenzó de la peor manera posible para los locales, con dos jarros de agua fría consecutivos. Una falta bien botada por el ex amarillo Saúl Berjón desde la frontal del área, la enviaba Ekiza de cabeza al fondo de la red colocando el empate a uno. Por si fuera poco, dos minutos más tarde, en el 54, una acción por la banda zurda del Éibar la transformaba Sergi Henrich en el (1-2). El equipo armero se ponía a un gol de pasar y los nervios aparecían por momentos en los nuestros, pero pronto se diluyeron. En el peor momento llegaba de nuevo Wakaso para meter la directa por la banda zurda, en una jugada plena de potencia y pundonor y enviar el balón al corazón del área, donde Momo, con su pierna menos buena, empataba el choque con una volea, (2-2). Partido loco y eliminatoria muy abierta.
Setién dio entrada a Aythami por Dani Castellano para apuntalar la zaga tras el extraordinario despliegue realizado por el gemelo por el carril zurdo. Pese a lo peligroso del marcador, la UD buscó con ahínco el tercero. Wakaso envió un trallazo que casi sorprende a Irureta, en el minuto 68. Mendilibar dio entrada a Borja Bastón buscando el gol que forzara la prórroga. Emoción a raudales en un Estadio de Gran Canaria entregado a la causa. Entró Roque para apuntalar el medio del campo y entonces surgió la figura del gran capitán, David García, para despejar las dudas anotando dentro el área una acción del omnipresente Wakaso para enchufar el (3-2), marcador que dejaba la eliminatoria vista para sentencia. Las Palmas vuelve a cuartos de final de la Copa del Rey 19 años después. El sueño copero sigue vivo.
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