El equipo amarillo supo mantener la cabeza fría en los momentos complicados, y logró cerrar el tercer triunfo del curso en Liga Endesa.
Líder y colista se encontraban en el Gran Canaria Arena con claros objetivos. Del lado local, el mantener la buena dinámica de un inicio de curso que ha llevado a Herbalife Gran Canaria a liderar Liga Endesa y Eurocup. Del lado visitante, voltear la situación después de dos duras derrotas en el arranque de temporada. El equipo claretiano puso en pista al quinteto habitual con la única novedad de Xavi Rabaseda en detrimento de Brad Newley.
A la carrera
El alero catalán fue precisamente el autor de los primeros puntos del equipo amarillo desde la línea de personal, después de que Nachbar estrenara el casillero andaluz con una penetración. Los primeros compases del choque estuvieron marcados por el desacierto en ambos equipos y por la buena defensa amarilla. Y la buena defensa se acabó traduciendo en una ventaja de siete puntos para los anfitriones. Rabaseda, con cinco tantos y una gran asistencia para canasta de Omic, fue el protagonista del primer despegue claretiano (9-2, minuto 4).
Los de Aíto García Reneses concedían alguna que otra segunda oportunidad, pero insuficiente para que los de Casimiro reaccionaran. Y cuando no lograban capturar el rebote, el Herbalife Gran Canaria se desataba con ferocidad cual bestia hambrienta. Correr, correr y correr. Durante la semana el técnico madrileño hacía hincapié en no botar el balón cuando se buscaba correr, y los jugadores isleños lo llevaron a la práctica a la perfección. Newley, que salió desde el banquillo con fuerza, anotó cuatro puntos, y Savané convertía dos tiros libres sin tiempo en el crono, en un perfecto deja vú, para poner once de diferencia (19-8).
Y a la carrera siguió el Herbalife Gran Canaria en el segundo cuarto. Pablo Aguilar clavaba un triple bien defendido. Acto seguido, Sasu Salin recuperaba presionando el saque de fondo para cedérsela al propio Pablo, que machacaba a una mano. Buena defensa en la siguiente posesión sevillana, y triple de Salin. Parcial 8-0 forjado en apenas quince segundos para poner mucha tierra de por medio (27-8, minuto 12).
El orgullo como respuesta
El Baloncesto Sevilla intentó aferrarse con uñas y dientes al partido. Empezó a defender con intensidad, pero poco podía hacer mejor en triples anotados por Aguilar tras pasarse el balón entre las piernas, o suspensiones laterales de Báez después de driblar con el balón por detrás de la espalda.
La ventaja llegó a ser dieciocho puntos en varias ocasiones, con todos los jugadores amarillos aportando en todos los sentidos. No era el día de Kuric, pero ahí estaba Salin. Los interiores anotaban y reboteaban, y si Albert Oliver no veía canasta, asistía como Kevin Pangos. Los sevillanos, eso sí, lucharon para enfilar túnel de vestuarios con esperanzas de responder tras el intermedio (44-30).
La primera defensa del tercer acto fue un claro reflejo de cómo transcurrió todo el encuentro. Nachbar intentó anotar durante diez segundos bajo la pintura y le fue imposible hacerlo ante la intensidad defensiva de los amarillos. El Herbalife Gran Canaria abrió fuego con un parcial de 6-0 para alcanzar los veinte de ventaja, aunque el Baloncesto Sevilla respondió anotando para mantenerse con vida.
Con un Balvin colosal en el rebote, la escuadra sevillana llegó a ponerse a tan solo once puntos. El pívot checo no estuvo acertado de cara al aro, pero acabó en dobles dígitos en rebotes. Parecía que los locales tenían todo controlado con triple de Salin y una buena canasta de Brad Newley, pero Sevilla no renunció en ningún momento al choque y alcanzó el último cuarto con opciones de triunfo (57-51).
Remontada abortada
Uros Slokar, que apenas había gozado de protagonismo durante la mañana más allá del aplauso que recibió de la afición en la presentación, se convirtió en la baliza de esperanza de un Sevilla que llegó a ponerse a dos puntos. El pívot esloveno anotó ocho puntos de manera casi consecutiva y los hispalenses soñaban con una remontada épica.
Surgió entonces Brad Newley. La garra del australiano fue clave con un triple y una bonita penetración para mantener la ventaja claretiana. En los momentos de flaqueza más notables de lo que llevamos de temporada, sin contar la Supercopa, el Herbalife Gran Canaria tiró de corazón del que siempre está cuando se le busca. Él mismo asistía a Alen Omic para anotar bajo el aro y forzar el tiempo muerto de Casimiro, con 66-59 en el marcador a 4:32 minutos del final.
Pero no se rendía un Sevilla dolido en el alma tras un mal inicio de temporada y de partido en la isla. Berni anotaba de tres, Bamforth se aprovechaba de una puerta atrás muy bien ejecutada y los sevillanos se veían a cuatro puntos con dos minutos por jugarse.
Una técnica a Nachbar por protesta fue clave tras una pérdida de Omic. Oliver convertía el tiro libre y luego asistía a Salin para que el finés cerrase el triunfo con un triple. Hubo tiempo para que Sevilla siguiera luchando, pero el cuadro hispalense no pudo culminar la remontada.
A la carrera
El alero catalán fue precisamente el autor de los primeros puntos del equipo amarillo desde la línea de personal, después de que Nachbar estrenara el casillero andaluz con una penetración. Los primeros compases del choque estuvieron marcados por el desacierto en ambos equipos y por la buena defensa amarilla. Y la buena defensa se acabó traduciendo en una ventaja de siete puntos para los anfitriones. Rabaseda, con cinco tantos y una gran asistencia para canasta de Omic, fue el protagonista del primer despegue claretiano (9-2, minuto 4).
Los de Aíto García Reneses concedían alguna que otra segunda oportunidad, pero insuficiente para que los de Casimiro reaccionaran. Y cuando no lograban capturar el rebote, el Herbalife Gran Canaria se desataba con ferocidad cual bestia hambrienta. Correr, correr y correr. Durante la semana el técnico madrileño hacía hincapié en no botar el balón cuando se buscaba correr, y los jugadores isleños lo llevaron a la práctica a la perfección. Newley, que salió desde el banquillo con fuerza, anotó cuatro puntos, y Savané convertía dos tiros libres sin tiempo en el crono, en un perfecto deja vú, para poner once de diferencia (19-8).
Y a la carrera siguió el Herbalife Gran Canaria en el segundo cuarto. Pablo Aguilar clavaba un triple bien defendido. Acto seguido, Sasu Salin recuperaba presionando el saque de fondo para cedérsela al propio Pablo, que machacaba a una mano. Buena defensa en la siguiente posesión sevillana, y triple de Salin. Parcial 8-0 forjado en apenas quince segundos para poner mucha tierra de por medio (27-8, minuto 12).
El orgullo como respuesta
El Baloncesto Sevilla intentó aferrarse con uñas y dientes al partido. Empezó a defender con intensidad, pero poco podía hacer mejor en triples anotados por Aguilar tras pasarse el balón entre las piernas, o suspensiones laterales de Báez después de driblar con el balón por detrás de la espalda.
La ventaja llegó a ser dieciocho puntos en varias ocasiones, con todos los jugadores amarillos aportando en todos los sentidos. No era el día de Kuric, pero ahí estaba Salin. Los interiores anotaban y reboteaban, y si Albert Oliver no veía canasta, asistía como Kevin Pangos. Los sevillanos, eso sí, lucharon para enfilar túnel de vestuarios con esperanzas de responder tras el intermedio (44-30).
La primera defensa del tercer acto fue un claro reflejo de cómo transcurrió todo el encuentro. Nachbar intentó anotar durante diez segundos bajo la pintura y le fue imposible hacerlo ante la intensidad defensiva de los amarillos. El Herbalife Gran Canaria abrió fuego con un parcial de 6-0 para alcanzar los veinte de ventaja, aunque el Baloncesto Sevilla respondió anotando para mantenerse con vida.
Con un Balvin colosal en el rebote, la escuadra sevillana llegó a ponerse a tan solo once puntos. El pívot checo no estuvo acertado de cara al aro, pero acabó en dobles dígitos en rebotes. Parecía que los locales tenían todo controlado con triple de Salin y una buena canasta de Brad Newley, pero Sevilla no renunció en ningún momento al choque y alcanzó el último cuarto con opciones de triunfo (57-51).
Remontada abortada
Uros Slokar, que apenas había gozado de protagonismo durante la mañana más allá del aplauso que recibió de la afición en la presentación, se convirtió en la baliza de esperanza de un Sevilla que llegó a ponerse a dos puntos. El pívot esloveno anotó ocho puntos de manera casi consecutiva y los hispalenses soñaban con una remontada épica.
Surgió entonces Brad Newley. La garra del australiano fue clave con un triple y una bonita penetración para mantener la ventaja claretiana. En los momentos de flaqueza más notables de lo que llevamos de temporada, sin contar la Supercopa, el Herbalife Gran Canaria tiró de corazón del que siempre está cuando se le busca. Él mismo asistía a Alen Omic para anotar bajo el aro y forzar el tiempo muerto de Casimiro, con 66-59 en el marcador a 4:32 minutos del final.
Pero no se rendía un Sevilla dolido en el alma tras un mal inicio de temporada y de partido en la isla. Berni anotaba de tres, Bamforth se aprovechaba de una puerta atrás muy bien ejecutada y los sevillanos se veían a cuatro puntos con dos minutos por jugarse.
Una técnica a Nachbar por protesta fue clave tras una pérdida de Omic. Oliver convertía el tiro libre y luego asistía a Salin para que el finés cerrase el triunfo con un triple. Hubo tiempo para que Sevilla siguiera luchando, pero el cuadro hispalense no pudo culminar la remontada.
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