El Herbalife Gran Canaria cerró la fase de grupos con un triunfo en el debut de Ryan Hollins.
Clasificados, líderes de grupo y sin nada en juego. El encuentro del Herbalife Gran Canaria tenía pocos alicientes; casi todos ellos estaban en otras canchas donde se decidían los rivales del equipo amarillo en el Top 16 de la Eurocup. No obstante, el posible debut de Ryan Hollins, nuevo pívot amarillo, centraba la atención de la parroquia desplazada al Gran Canaria Arena.
El MZT Skopje, eso sí, no estaba dispuesto a tirar por la borda el largo viaje y empezó fuerte, demostrando carácter sobre la pista. El liderazgo anotador de Drenovac guió a los macedonios a tener ventaja (8-9, minuto 4) en unos primeros compases de alto ritmo de acierto y con las defensas brillando por su ausencia. Paulí, de nuevo líder, anotó siete de los primeros once puntos locales y encendió la chispa que llevó a los isleños a abrir brecha.
La salida de Royce O’Neale, que sigue actuando de ala-pívot ante la baja de Pablo Aguilar, dinamitó el choque. El americano convirtió siete puntos en un abrir y cerrar de ojos y Xavi Rabaseda, con un triple, puso la guinda a un parcial demoledor de 10-2 que amenazaba con romper el encuentro (29-17).
Cuando no habían transcurrido ni dos minutos del segundo cuarto, Luis Casimiro decidió poner en pista a Ryan Hollins. El espigado pívot californiano se mostró algo perdido, como es lógico, en algunas nociones tácticas del juego, pero estuvo participativo en todo momento y comunicativo con sus compañeros. En especial, quizá, con un Royce O’Neale que siguió inspirado y se fue hasta los 15 puntos (37-21, minuto 24) en una racha que parecía dejar sin historia el encuentro.
Sin embargo, el conjunto dirigido por Ante Nazor sacó la garra y tiró de orgullo. El MZT Skopje recuperó intensidad y aprovechó varios malos ataques amarillos para recortar distancias. Un triple en la última posesión antes del descanso les colocó a solo seis puntos (46-40).
Hollins como única atracción
El punto número 46 había llegado con un poderoso mate de Ryan Hollins en el que había sido su estreno anotador como amarillo. En el tercer cuarto el conjunto de Luis Casimiro recuperó el ritmo ofensivo y empezó con un parcial de 6-0 que volvía a poner dobles dígitos de diferencia. Un triple lejanísimo desde más de 8 metros de Oriol Paulí disparaba a los amarillos (61-46, minuto 26) en el que era el enésimo intento de rotura de choque.
Pero Nazor colocó a sus hombres en una zona que cortocircuitó la ofensiva amarilla. En ataque, el equipo de Skopje se limitaba a hacer las cosas básicas, fáciles y eficaces que les permitían anotar. El entrenador amarillo, en un tiempo muerto, apeló a la intensidad de los suyos después de encajar tres contrataques consecutivos. Un parcial de 5-0 sirvió para que los isleños lograsen 14 de ventaja antes del último cuarto (72-58).
A pesar de la igualdad, lo cierto es que el último cuarto careció de mucha historia. Los últimos minutos sirvieron para que afición y cuerpo técnico viesen más en acción a un Ryan Hollins con desaciertos pero igual de voluntarioso. Anotó cuatro puntos más maltratando el aro rival con dos saltos estratosféricos para bajar sendos pases de Albert Oliver.
Los instantes finales transcurrieron más broncos de lo que debería haber sido, con algunos momentos muy trabados llenos de faltas, y acciones un tanto turbias. Nada, por suerte, lejos de la deportividad que siempre reina en el parqué del Gran Canaria Arena. Al final, los amarillos obtuvieron una merecida victoria que les permite cerrar la fase de grupos con un balance de 7-1 y como el mejor equipo de la ronda.
El MZT Skopje, eso sí, no estaba dispuesto a tirar por la borda el largo viaje y empezó fuerte, demostrando carácter sobre la pista. El liderazgo anotador de Drenovac guió a los macedonios a tener ventaja (8-9, minuto 4) en unos primeros compases de alto ritmo de acierto y con las defensas brillando por su ausencia. Paulí, de nuevo líder, anotó siete de los primeros once puntos locales y encendió la chispa que llevó a los isleños a abrir brecha.
La salida de Royce O’Neale, que sigue actuando de ala-pívot ante la baja de Pablo Aguilar, dinamitó el choque. El americano convirtió siete puntos en un abrir y cerrar de ojos y Xavi Rabaseda, con un triple, puso la guinda a un parcial demoledor de 10-2 que amenazaba con romper el encuentro (29-17).
Cuando no habían transcurrido ni dos minutos del segundo cuarto, Luis Casimiro decidió poner en pista a Ryan Hollins. El espigado pívot californiano se mostró algo perdido, como es lógico, en algunas nociones tácticas del juego, pero estuvo participativo en todo momento y comunicativo con sus compañeros. En especial, quizá, con un Royce O’Neale que siguió inspirado y se fue hasta los 15 puntos (37-21, minuto 24) en una racha que parecía dejar sin historia el encuentro.
Sin embargo, el conjunto dirigido por Ante Nazor sacó la garra y tiró de orgullo. El MZT Skopje recuperó intensidad y aprovechó varios malos ataques amarillos para recortar distancias. Un triple en la última posesión antes del descanso les colocó a solo seis puntos (46-40).
Hollins como única atracción
El punto número 46 había llegado con un poderoso mate de Ryan Hollins en el que había sido su estreno anotador como amarillo. En el tercer cuarto el conjunto de Luis Casimiro recuperó el ritmo ofensivo y empezó con un parcial de 6-0 que volvía a poner dobles dígitos de diferencia. Un triple lejanísimo desde más de 8 metros de Oriol Paulí disparaba a los amarillos (61-46, minuto 26) en el que era el enésimo intento de rotura de choque.
Pero Nazor colocó a sus hombres en una zona que cortocircuitó la ofensiva amarilla. En ataque, el equipo de Skopje se limitaba a hacer las cosas básicas, fáciles y eficaces que les permitían anotar. El entrenador amarillo, en un tiempo muerto, apeló a la intensidad de los suyos después de encajar tres contrataques consecutivos. Un parcial de 5-0 sirvió para que los isleños lograsen 14 de ventaja antes del último cuarto (72-58).
A pesar de la igualdad, lo cierto es que el último cuarto careció de mucha historia. Los últimos minutos sirvieron para que afición y cuerpo técnico viesen más en acción a un Ryan Hollins con desaciertos pero igual de voluntarioso. Anotó cuatro puntos más maltratando el aro rival con dos saltos estratosféricos para bajar sendos pases de Albert Oliver.
Los instantes finales transcurrieron más broncos de lo que debería haber sido, con algunos momentos muy trabados llenos de faltas, y acciones un tanto turbias. Nada, por suerte, lejos de la deportividad que siempre reina en el parqué del Gran Canaria Arena. Al final, los amarillos obtuvieron una merecida victoria que les permite cerrar la fase de grupos con un balance de 7-1 y como el mejor equipo de la ronda.
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