El Estadio de Gran Canaria lució sus mejores galas para recibir al coloso blanco, al grito de ¡Sí se puede! comenzó el partido. Quique Setién apostó por Mauricio Lemos en el centro de la defensa junto con Pedro Bigas, la velocidad de Nili arriba y Montoro como escolta de Roque, que reaparecía tras su sanción como jefe absoluto del centro del campo. El Real Madrid, pura dinamita arriba con Lucas Vázquez, Bale y Cristiano Ronaldo, con Isco, Casemiro y Modric en la medular.
Nili comenzó a generar los primeros problemas a Arbeloa nada más comenzar el encuentro. Las Palmas comenzó sin complejos, tuteando al Real Madrid, tocando el balón y abriendo a las bandas. Un centro de Momo estuvo a punto de rematarlo Willian, Arbeloa evitó el remate del brasileño. Cristiano Ronaldo respondió con un disparo lejano.
En el minuto 9 Willian José ponía el corazón en un puño al equipo blanco, su disparo lo despejó Keylor Navas con una parada marca de la casa. De nuevo Cristiano respondió con un obús que atajó Javi Varas. Partido con mucho ritmo en el que no conseguía sentirse bien del todo el conjunto madridista. Así se llegó al cuarto de hora de partido, con igualdad en el juego y en el marcador, aunque poco a poco el equipo merengue se fue estirando.
La mejor ocasión de la primera parte fue una arrancada de Cristiano Ronaldo que encaró a Varas y su disparo lo envió a saque de esquina el guardameta sevillano. El lanzamiento de córner lo aprovechaba Sergio Ramos para anotar de cabeza el (0-1). La pegada madridista hacía mella. Cristiano buscó el segundo, pero el pie de Javi Varas evitaba el gol del astro portugués.
Lucas Vázquez habilitaba de tacón a Isco para que el del Arroyo de la Miel disparara a la meta y obligara, de nuevo, a trabajar a Javi Varas. Las Palmas perdía presencia en el partido y esperaba el descanso para rearmarse.
Javi Garrido no pudo continuar en la reanudación y su puesto lo ocupó Javi Castellano. Las Palmas salió con ánimos renovados dispuesta a empatar el partido, pero la velocidad madridista era una amenaza constante para los grancanarios. Una tángana se saldó con amonestaciones para Ramos y Lemos.
El mayor peligro para los locales llegaba en acciones a balón parado. Una sucesión de saques de esquina a favor de los amarillos inquietaron a los madridistas. Bigas vio la quinta amarilla y cumplirá ciclo en Anoeta frente a la Real Sociedad. Zidane optó por reforzar la parcela ancha, sacó a Isco y dio entrada a Mateo Kovacic, al malagueño no le sentó demasiado bien su sustitución.
Un balón de Nili a la espalda de la defensa lo recogió Willian José, a estuvo a un pelo de empatar el partido, en el minuto 64. Otra vez Navas evitó el gol de Nili en la siguiente acción. La UD se mostraba superior a su rival por momentos. El Madrid, romo y sin ritmo, apelaba a sus individualidades. Nili dejó el partido tras un gran despliegue físico y Nabil El Zhar entró en escena.
En el minuto 72 Arbeloa cedía a Keylor Navas y el colegiado decretaba libre indirecto por cesión. Excelente oportunidad para la UD Las Palmas. Momo disparó y el meta costarricense de nuevo tenía que emplearse para abortar el peligro. Emoción a raudales en el coliseo de Siete Palmas.
El galés Bale dejó su hueco en el minuto 80 para que entrara el delantero grancanario Jesé, en busca de la sentencia de un partido cuyo marcador se encontraba en el aire. Araujo saltó al terreno de juego por David García. Setién ponía toda la carne en el asador en busca de la igualada. El 'Chino' acudía al rescate y un centro de Bigas lo remataba el argentino con la testa rozando las tablas. Willian José llevó el éxtasis a la grada con el gol del empate, un tanto que hacía justicia. Sin embargo en la siguiente jugada, saque de esquina, Casemiro helaba la sangre amarilla con el (1-2). El partido enloqueció.
Como también sucedió ante el Barcelona, los blancos acabaron pidiendo la hora ante una UD Las Palmas que mereció mejor suerte ante un coloso del fútbol mundial, que acabó con 10 jugadores por la expulsión de Sergio Ramos, con doble amarilla. Al final se consumó la derrota amarilla, en un partido en el que mereció puntuar.
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