Ayer se confirmó el descenso del equipo a la Segunda División. Tras tres temporadas en la mejor liga del mundo, no hemos sabido estar a la altura de lo que exige la máxima categoría de nuestro fútbol. Por ello pedimos perdón a la gran familia amarilla, por la enorme decepción que recorre en estos momentos muchos rincones de nuestra tierra. Su tristeza es la nuestra, su rabia y su impotencia también. Se han interrumpido trece años de crecimiento sostenido.
Pero desde ya queremos dejar patente nuestro indudable compromiso de volver a colocar en Primera al equipo de nuestro corazón. Y lo haremos porque se lo merecen la afición, la isla y nuestra historia. Que nadie tenga dudas de que haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que el sueño de todos vuelva ser una realidad más pronto que tarde, diseñando un equipo que, estamos seguros, nos devolverá la ilusión y la alegría que esta temporada hemos hurtado a nuestra afición.
La UD Las Palmas ha realizado en estos tres años un gran esfuerzo para colaborar en la mejora del Estadio Gran Canaria y construir Barranco Seco, para dejar de ser el único club profesional español sin ciudad deportiva, pieza capital para la formación de nuestros jóvenes valores.
Es el momento de analizar lo sucedido, para aprender de los errores, para sacar conclusiones y encontrar el camino correcto que nos permita afrontar con mayores garantías la nueva temporada. Sabemos que hoy es difícil pedir confianza, y lo entendemos. Y por eso no pretendemos en este instante otra cosa que no sea la de lamentar lo sucedido y trasladarles nuestro firme propósito de enderezar el rumbo de la nave, ganar una vez más el calor de la afición e ilusionar con un nuevo proyecto deportivo. Estamos convencidos de que todos juntos lo conseguiremos.
Consejo de Administración de la UD Las Palmas SAD
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