Manolo Díaz no se anda por las ramas. El entrenador es claro y directo y no se esconde, incluso aunque no le «pinchen» mucho en las preguntas. El madrileño fue requerido ayer por el papel protagonista que teóricamente deberá asumir Yuri mañana ante la ausencia de Sobrino y esto fue lo que dijo: «Yuri no me tiene nada que demostrar a mí, se tiene que demostrar a sí mismo. El fútbol no tiene memoria y cada día tienes que demostrar que quieres estar en plenitud de condiciones. Si juega, lo intentará todo. Si él quiere, puede, pero hay que poner todo de su parte».
El entrenador también fue cuestionado ayer por Pablo Infante y su presunto enfado al ser retirado durante el transcurso de la segunda parte contra el Real Valladolid. Díaz aún fue más contundente: «Si Pablo acabó molesto por el cambio, que se acostumbre. No entiendo porqué nadie se enfada porque se le cambie. Nadie cuando le cambian tiene que hacer nada más que salir deprisa o despacio, según vaya el equipo. Si se enfada, tiene un problema: que tiene que desenfadarse. Lo de que sea un signo de compromiso por querer estar los 90 minutos en el campo para ayudar, es una milonga más del fútbol. Yo también quiero otras cosas. Sabemos cómo son los futbolistas y el fútbol. Intento tratar a cada uno como se merece. Hago lo que creo que tengo que hacer con cada persona. Y lo que está claro es que no puedo tratar a todos igual».
El entrenador deportivista aseguró que Castañeda será titular en el lateral izquierdo como la semana pasada.
Rubén Sobrino no estará finalmente en Gran Canaria. Aunque las pruebas descartaron lesión muscular alguna, el cuerpo técnico no quiere correr riesgos: «Podría estar, pero creo que es asumir un riesgo innecesario y más con la tipología de jugador que es. Mejor que no vaya y más con lo que queda por delante. No vale la pena arriesgar. Pensamos que con una semana más estará mejor. Vamos a tener más seguridad de que no se lesione».
Manolo Díaz se refirió ayer a otra lesión, en este caso, a una lesión de verdad; la de Camille: «El día de Miranda de Ebro Camille recibió un golpe. Trabajamos pensando que era una molestia sin más. Pasó la semana, no mejoraba, se hizo la prueba y ahora hay que esperar a que desaparezca el edema. Es una fatalidad. Puede estar una semana de baja o un mes. Esperaremos a ver cómo evoluciona. Es una pena, porque había vuelto bien de la lesión».
diariodeleon.es
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