-El campeón español, gran ganador del evento, hizo vibrar a una abarrotada Grada Curva, que se entregó al espectáculo
Un nombre brilló con luz propia dentro de la constelación de estrellas que confluyeron en el BP Ultimate Freestyle. Ése fue el del ‘rider’ español Dany Torres, quien como si de Peter Pan se tratase dejaba una estela de magia cada vez que volaba delante de los más de doce mil espectadores que acudieron el viernes por la noche a este evento de primer nivel internacional.
El público que abarrotaba la Grada Curva del recinto de Siete Palmas, volcado desde el primer momento con los doce competidores de motos y bicicletas de BMX que anunciaba el cartel de la prueba, cayó rendido a los pies de uno de los dominadores actuales de concierto mundial en esta especialidad.
La afición le rindió pleitesía al ‘rider’ sevillano cuando éste, por dos veces, subía a lo más alto de la rampa-podio para recibir el trofeo que lo coronaba como el ganador del BP Ultimate Freestyle y, antes, el que lo proclamaba como vencedor de la competición que premiaba al mejor ‘truco’.
Dany Torres inscribió su nombre como campeón del evento grancanario de forma merecida y tras mantener un espectacular duelo con el resto de competidores, sobre todo con la ‘Armada’ francesa. Jeremy Rouanet conquistó la segunda posición del ‘cajón’ por delante de su compatriota Tom Pagés, convirtiéndose así en el invitado sorpresa que se coló entre los dos actuales dominadores del Red Bull X-Fighters.
Por su parte, en cuanto al cuadro de honor de las bicis de BMX, el gran vencedor de la noche fue el español Xavier Pasamontes, quien obtuvo la máxima puntuación de los jueces.
La coronación por todo lo alto del español Dany Torres puso el colofón a una noche que tardarán en olvidar las más de doce mil personas entregadas desde el primer al último minuto del BP Ultimate Freestyle, que resultó un espectáculo ágil y divertido bien aderezado con un colorido espectáculo de luz y el tronar de la buena música.
Pero no todos los aplausos se los llevaron los pilotos ya consagrados que tomaban parte en el evento. También tuvieron su ovación los jovencísimos pilotos de la cantera canaria (el menor con seis años de edad) al rodar por la parte baja del circuito y cuando, desde lo alto de una de las rampas del trazado, veían estupefactos como el graderío les dedicó hasta diez ‘olas’ para animar a las futuras promesas.
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