Etapa de descanso en el Dakar 2014. Día para darse un respiro, repasar punto por punto la moto y también para hacer balance. Eso es precisamente lo que hemos hecho con Pedro Peñate, piloto del Canaryfly Valsebike Dakar Rally Team y después de seis etapas, único canario en carrera.
Sábado 11 de enero de 2014
La primera semana ha sido, tal y como había advertido la organización, extremadamente dura. La criba que solía producirse a partir de la segunda mitad del recorrido se ha adelantado este año, y esto, aunque ha minado las fuerzas, da mucha confianza de cara a lo que viene. Así lo ve Peñate, que sufrió como todos en una quinta etapa infernal pero que se siente “más fuerte que nunca”. “Antes, otros años, llegabas a la jornada de descanso con esa cierta sensación de que lo peor estaba por llegar, pero ahora no. Éste ha sido un Dakar de verdad casi desde el segundo día y después de haber superado etapas como la del jueves me veo capaz de lo que sea”.
El piloto de Canaryfly y Valsebike se refiere a la etapa entre Chilecito y Tucumán, la que se cobró decenas de bajas y puso al límite la resistencia de pilotos y máquinas. Una etapa de esas que hace del Dakar algo único. “Sinceramente me alegré de que cancelaran la segunda parte de la especial cronometrada porque la primera fue brutal. Era como estar sumergido en agua caliente. Físicamente ha sido de momento lo más extremo, pero en general cada jornada ha tenido algo. Está siendo un auténtico Dakar, nada que ver con otros años en los que había días de trámite. Nos prometieron una edición durísima y se está cumpliendo”, afirma.
Mientras habla Pedro, en la asistencia del Canaryfly Valsebike Dakar Rally Team no hay apenas tiempo para el descanso. Celestino Hernández ha empleado toda la jornada para chequear los principales puntos vitales de una KTM 450 Rally que ha tenido un rendimiento perfecto, incluso cuando tuvo que 'respirar' a más de 4.000 metros de altura junto al Aconcagua o bajo una temperatura ambiental cercana a los 50 grados. José Suárez, el team manager, ha estado con las tareas de burocracia lógicas a horas de atravesar el paso fronterizo entre Argentina y Bolivia. Para Peñate el cambio de moto y sobre todo la apuesta por una estructura propia cien por cien canaria está siendo la clave de su buen rendimiento. “Celestino y José están haciendo un trabajo impresionante. Sin ellos esto sería muy distinto. Lo único que ha faltado para que esta primera semana fuera perfecta es que Alí Machlab aún estuviera aquí con nosotros en carrera. Le mando un abrazo y espero que tenga más oportunidades”.
El abandono de su compañero en el Canaryfly Valsebike Dakar Rally Team ha sido lo más negativo de esta primera semana de competición pero por encima de todo el fallecimiento del belga Eric Palante, noticia que se supo este pasado viernes. Peñate, como el resto de sus compañeros, estaba muy impactado por el suceso. “Sabemos que hay un riesgo, pero uno nunca quiere ponerse en esa situación. Lo siento muchísimo y lo digo de corazón. Era un piloto que como tantos y tantos había competido en multitud de ocasiones como amateur y eso nos recuerda que ese riesgo es para todos. En unas condiciones tan extremas como las que se dieron ese día puede ocurrir cualquier cosa”, explica.
Bolivia, el segundo de los tres países de este Dakar 2014 es la equis a despejar en lo que queda del recorrido. De momento Pedro Peñate aguarda con ilusión poder ver con sus propios ojos el célebre Salar de Uyuni. “Va a ser un lujo y pienso disfrutarlo todo lo que pueda. No me preocupa la altura –de nuevo se llegará a los 3.400 metros sobre el nivel del mar–, ya que esta semana he visto que puedo rendir bien en esas condiciones. La verdad es que esta edición la estoy disfrutando mucho. Tanto... !que no quiero que se acabe!”, asegura el valsequillero, ahora mismo único canario en carrera y que marcha en el puesto 62 de la categoría de motos.
Queda toda una segunda mitad de Dakar. Siete etapas más que empezarán con otra jornada maratón entre Salta y Uyuni y de ahí hacia Iquique con el desierto de Tacama como siguiente desafío. Dos países que cruzar aún, miles de kilómetros y un sólo objetivo en la mente de Pedro Peñate: alcanzar la meta de Valparaíso.
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