sábado, 4 de abril de 2015

Carla Suárez a la final de Miami y ya forma parte del top 10 mundial

Arantxa Sánchez Vicario, Conchita Martínez y Carla Suárez. Que tu nombre aparezca junto al de dos leyendas del deporte español no debe de ser fácil de digerir. Llegar a territorio que ninguna otra jugadora española había pisado en 15 años, la final de un Premier Mandatory, tampoco. Y jugarte el título más importante de tu vida, tu primera final en pista dura, contra Serena Williams, una de las mejores tenistas de todos los tiempos, menos aún.
En la mejor semana de su carrera, Carla Suárez ha dado el que puede ser el salto definitivo en su trayectoria, ese que le permita instalarse en la élite del tenis femenino a corto y medio plazo. Pase lo que pase contra la número 1 del mundo, comenzará la próxima semana entre las diez primeras del ránking de la WTA, algo sólo igualado por Arantxa y Conchita. Después de esta última en el año 2000, sólo María José Martínez (Roma 2010) había conseguido un título de importancia similar al de Miami.
A sus 26 años, Carla tendrá la oportunidad de igualarla, después de superar (y desquiciar) en semifinales a Andrea Petkovic por 6-3, 6-3. La alemana fue la cuarta víctima del top 25 de la española en el torneo de Florida, lo que permite hacerse una idea del nivel que ha alcanzado en su juego para plantarse en la final. "He practicado muy fuerte durante los torneos, conozco más a las jugadoras y he jugado muchos partidos clave en grandes torneos, quizá esa sea la razón del nivel que estoy teniendo", dijo tras la victoria. Alcanzar una final como la de Miami a estas alturas de su carrera no es fruto de la casualidad. Detrás hay trabajo, mucho trabajo.

"Llevo con ella desde que tenía 18 años. Tenía unas condiciones humanas excepcionales, pero era una persona que jugaba mejor que competía", cuenta desde Miami su entrenador, Xavier Budó. Él ha ido moldeando el juego y también el carácter de Carla -"muy humilde, muy generoso, muy afable"-, que al principio jugaba en su contra. El primer objetivo, resume su entrenador, fue "profesionalizar su vida".
"En una primera fase trabajamos para que cogiera un carácter mucho más competitivo, de más protagonismo. Y a nivel deportivo trabajamos para que tuviera más habitos y orden, porque la gente talentosa a veces es un poco anárquica", explica. Y añade: "Tenía un revés muy natural, pero tenía una derecha muy inestable. Hicimos un trabajo biomecánico muy grande con la derecha. Priorizamos el trabajo físico porque sus ojos iban a una velocidad superior a sus piernas".
Ese trabajo dio sus frutos: plaza en el top 25 y cuartos de final en Roland Garros 2008 y Australia 2009. Pero después llegaron las lesiones y el bajón. "Todo le superó un poquito", recuerda Budó, "pasó de ser una jugadora no conocida y vivir en la inconsciencia a ser mucho más consciente de la presión y lo que significaba ser un deportista de primer nivel. Esa segunda fase fue muy dura, pero creo que le hizo valorar muchísimo más todo lo que representaba ser tenista, todo lo que había consegudo. La hizo mucho más fuerte interiormente".

Tocaba empezar desde abajo, pero no de cero. Rondó el puesto 130 de la clasificación, pero para la escalada ya contaba con una experiencia que no tenía antes. "Esa tercera fase fue mucho más real porque ya había vivido las dos caras del deporte", dice su técnico. "Entendió que se competía como se vivía". Vuelta al top 20. La última fase comenzó el año pasado. Ya consolidada entre las 20 mejores, el siguiente paso era conseguir un cambio de mentalidad, adquirir más determinación. En definitiva, que se creyera que era capaz de luchar con las mejores. Sus palabras después de ganar a Petkovic demuestran que lo ha conseguido: "Al final en el tenis quien gana muchos partidos es porque juega valiente y mentalmente acepta todo lo que pueda pasar en una pista”.
El cambio de la pasada temporada a esta también es notable. En el último Roland Garros se quedó a las puertas de la final tras ir ganando 5-2 en el primer set y 4-1 en el tercero contra la canadiense Eugénie Bouchard. La tensión y los nervios pudieron con ella. Ahora, esos problemas siguen apareciendo, pero los afronta de otra manera. Los ataca, igual que ataca a sus rivales. En lo que va de temporada ha ganado 21 de sus 27 partidos, 8 de ellos remontando un set en contra. El trabajo físico de la pretemporada o el cambio de raqueta también ayudan a explicar su nivel actual.

Este sábado, a partir de las 19:00 horas (Teledeporte), Serena Williams será el último obsctáculo para levantar el título. Los precedentes no son buenos para la española, que ha perdido las cuatro veces que ha jugado contra ella y nunca ha conseguido hacerle más de tres juegos en un set. Por si fuera poco, Miami es casi el patio de Serena: ha ganado allí siete veces, la dos últimas de manera consecutiva. Pero Carla Suárez no se arruga: "En la final tengo todo a ganar, pero no me voy a conformar con jugar ese partido".

elconfidencial.com

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