El equipo claretiano cae en un partido que se le puso cuesta arriba desde el primer cuarto.
El Herbalife Gran Canaria se medía al Baskonia en el primer partido de una nueva Liga Endesa para los claretianos. Porque el disputado con Monbus Obradoiro, solventado con un meritorio triunfo, había sido apenas 48 horas después de la eliminación europea. Con la semana completa para preparar el choque ante un conjunto baskonista que el jueves tumbaba por 20 puntos a Zalgiris en Euroliga, los claretianos buscaban asaltar el Buesa Arena para mirar hacia arriba en la tabla.
El primer ataque baskonista se saldó con canasta. Fue de un Vincent Poirier imperial que, ante la baja de Tornike Shengelia, tomó responsabilidades convirtiendo los seis primeros puntos de su equipo de manera consecutiva. Los amarillos lograron poner el 4-4 en el electrónico tras poco más de dos minutos de partido… Pero hasta ahí llegó, en el primer acto, la disputa isleña. Baskonia fue un auténtico ciclón que jugó con desparpajo, velocidad e intensidad. La defensa de los de Pedro Martínez ahogó a un Herbalife Gran Canaria sin ideas.
Los tiros no entraban, algunos directamente se salían, y los errores, como advertía en la previa Casimiro, los castigaba un Baskonia que parecía en trance. Lograron un parcial de 15-0 (19-4, minuto 9) liderado por un clarividente Jayson Granger que dinamitó el choque. Apelaba el técnico manchego al corazón y el orgullo, pero tras los diez minutos iniciales la diferencia sobre el parqué era patente (21-6).
Apenas dos canastas en juego y dos tiros libres convertidos eran el bagaje anotador de los isleños en el primer cuarto. Lo único bueno del mismo era que había terminado. Albert Oliver abrió el segundo con una buena acción individual, pero Baskonia siguió siendo el gran dominador del encuentro. La defensa seguía asfixiando a la escuadra grancanaria y Vildoza, ante la baja de Huertas, aprovechaba para seguir exhibiendo su gran nivel. Juventud al poder, con Malmanis anotando y Diop machacando (37-17, minuto 18) para disparar la renta.
El Herbalife Gran Canaria prácticamente no oponía resistencia. El trabajo defensivo había permitido que la sangría no fuera mayor. DJ Seeley, el jugador claretiano más destacable de la primera mitad, lograba firmar un 2+1 que cimentaba un rápido parcial de 0-7 que obligaba a Pedro Martínez a pedir tiempo muerto. El Granca se enchufó un poco más en defensa y Rabaseda clavó un triple en la última acción previa al descanso que permitió a los amarillos enfilar el túnel de vestuarios con cierta vida (39-27).
Sin embargo, a diferencia de lo acontecido en el primer período, tanto él como sus compañeros obtuvieron respuesta del lado amarillo. Los de Luis Casimiro contaron con un descomunal Ondrej Balvin. El checo se mostró poderoso en el aro baskonista para no solo mantener en el choque a los suyos sino recortar distancias de manera considerable. Jugada a jugada los isleños lograron desesperar a un Baskonia amparado al talento individual de Beaubois. Un triple de Xavi Rabaseda y dos tiros libres de Mekel y DJ Seeley (47-42, minuto 28) permitían a los claretianos completar una remontada de 15 puntos para situarse a tan solo cinco tantos de los vitorianos.
Sin embargo, a cada reacción claretiana, respondía un Beaubois superlativo. Nada ni nadie podía con el francés, que además contagiaba a su equipo. Era un Baskonia explosivo. Tan pronto DJ Seeley lograba un 3+1 para el 53-48, que cerraban el cuarto de triple en triple con once de ventaja en cuestión de un minuto (62-51).
El Herbalife Gran Canaria no había dicho su última palabra en un partido marcado por los enormes parciales. Brussino hacía acto de presencia clavando un triple en el primer ataque del último cuarto. Otro acierto suyo supuso el 65-59 a falta aún de ocho minutos por disputarse. Tan solo seis de diferencia, y con tan poco tiempo en el crono, hacía presagiar un final disputado. Pero nada más lejos de la realidad.
Los de Casimiro volvieron a caer en el lado malo del desarrollo del choque para acabar en un desenlace aciago, gris, algo lento y desagradable. El Baskonia logró un parcial de 26-7 en los últimos ocho minutos con triples de la mayoría de sus hombres exteriores; con acciones potentes de los interiores; y con un Buesa Arena que disfrutó de los suyos. Al final, una abultada derrota por 91-66 de los amarillos, que pierden además el average particular -estaba en 18- con el equipo vitoriano.
El primer ataque baskonista se saldó con canasta. Fue de un Vincent Poirier imperial que, ante la baja de Tornike Shengelia, tomó responsabilidades convirtiendo los seis primeros puntos de su equipo de manera consecutiva. Los amarillos lograron poner el 4-4 en el electrónico tras poco más de dos minutos de partido… Pero hasta ahí llegó, en el primer acto, la disputa isleña. Baskonia fue un auténtico ciclón que jugó con desparpajo, velocidad e intensidad. La defensa de los de Pedro Martínez ahogó a un Herbalife Gran Canaria sin ideas.
Los tiros no entraban, algunos directamente se salían, y los errores, como advertía en la previa Casimiro, los castigaba un Baskonia que parecía en trance. Lograron un parcial de 15-0 (19-4, minuto 9) liderado por un clarividente Jayson Granger que dinamitó el choque. Apelaba el técnico manchego al corazón y el orgullo, pero tras los diez minutos iniciales la diferencia sobre el parqué era patente (21-6).
Apenas dos canastas en juego y dos tiros libres convertidos eran el bagaje anotador de los isleños en el primer cuarto. Lo único bueno del mismo era que había terminado. Albert Oliver abrió el segundo con una buena acción individual, pero Baskonia siguió siendo el gran dominador del encuentro. La defensa seguía asfixiando a la escuadra grancanaria y Vildoza, ante la baja de Huertas, aprovechaba para seguir exhibiendo su gran nivel. Juventud al poder, con Malmanis anotando y Diop machacando (37-17, minuto 18) para disparar la renta.
El Herbalife Gran Canaria prácticamente no oponía resistencia. El trabajo defensivo había permitido que la sangría no fuera mayor. DJ Seeley, el jugador claretiano más destacable de la primera mitad, lograba firmar un 2+1 que cimentaba un rápido parcial de 0-7 que obligaba a Pedro Martínez a pedir tiempo muerto. El Granca se enchufó un poco más en defensa y Rabaseda clavó un triple en la última acción previa al descanso que permitió a los amarillos enfilar el túnel de vestuarios con cierta vida (39-27).
Nadar sin ver la orilla
No era la UCI, no era una vida artificial; quedaban viente minutos por delante y la diferencia en el luminoso era tan solo de doce puntos. Cosas peores se habían visto en el baloncesto. Pero el Baskonia parecía dispuesto a castigar cualquier mínimo error para sellar el triunfo lo antes posible. Así, el francés Vincent Poirier volvía a aterrorizar la pintura claretiana y firmaba un enorme 2+1 (43-28, minuto 23) para devolver los 15 puntos de diferencia al electrónico.Sin embargo, a diferencia de lo acontecido en el primer período, tanto él como sus compañeros obtuvieron respuesta del lado amarillo. Los de Luis Casimiro contaron con un descomunal Ondrej Balvin. El checo se mostró poderoso en el aro baskonista para no solo mantener en el choque a los suyos sino recortar distancias de manera considerable. Jugada a jugada los isleños lograron desesperar a un Baskonia amparado al talento individual de Beaubois. Un triple de Xavi Rabaseda y dos tiros libres de Mekel y DJ Seeley (47-42, minuto 28) permitían a los claretianos completar una remontada de 15 puntos para situarse a tan solo cinco tantos de los vitorianos.
Sin embargo, a cada reacción claretiana, respondía un Beaubois superlativo. Nada ni nadie podía con el francés, que además contagiaba a su equipo. Era un Baskonia explosivo. Tan pronto DJ Seeley lograba un 3+1 para el 53-48, que cerraban el cuarto de triple en triple con once de ventaja en cuestión de un minuto (62-51).
El Herbalife Gran Canaria no había dicho su última palabra en un partido marcado por los enormes parciales. Brussino hacía acto de presencia clavando un triple en el primer ataque del último cuarto. Otro acierto suyo supuso el 65-59 a falta aún de ocho minutos por disputarse. Tan solo seis de diferencia, y con tan poco tiempo en el crono, hacía presagiar un final disputado. Pero nada más lejos de la realidad.
Los de Casimiro volvieron a caer en el lado malo del desarrollo del choque para acabar en un desenlace aciago, gris, algo lento y desagradable. El Baskonia logró un parcial de 26-7 en los últimos ocho minutos con triples de la mayoría de sus hombres exteriores; con acciones potentes de los interiores; y con un Buesa Arena que disfrutó de los suyos. Al final, una abultada derrota por 91-66 de los amarillos, que pierden además el average particular -estaba en 18- con el equipo vitoriano.
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