La UD Las Palmas empata a un gol frente al FC Barcelona en un partido formidable de los amarillos frente al líder. Messi marcó de falta, y Calleri empató de penalti, que por acumulación de amonestaciones no estará el lunes frente al Celta de Vigo.
Chichizola envitó con una acertada y arriesgada salida que el Barça se pusiera por delante pronto en el marcador. Una pérdida en la salida de balón la aprovehó Messi para ceder a Luis Suárez que se topó con el meta argentino. El portero de Las Palmas se lució dos minutos más tarde al desviar a córner una falta lanzada por Leo Messi, el jugador azulgrana que más desequilibrio llevó.
A Las Palmas le costaba robarle la pelota al Barcelona, que con un ritmo pausado dominaba el partido a la espera de aprovechar los fallos del rival. En dos aproximaciones Las Palmas estuvo cerca de marcar, pero la pelota solamente merodeó el área. No obstante, Las Palmas daba sensaciones de mejoría en su juego.
A los 20 minutos, Messi hizo el 0-1 de falta directa. El FC Barcelona se ponía por delante en el marcador cuando mejor jugaban los amarillos. Los jugadores amarillos no se acobardaron y apelaron a la garra para incomodar a un Barcelona, que dominó gracias a las apariciones de Messi, Halilovic, Etebo y Calleri, lo intentaron en ataque, pero Las Palmas sigue teniendo dificultades con el remate. Al término de la primera parte se llegó con ventaja azulgrana por 0-1.
La segunda mitad no pudo comenzar mejor para Las Palmas con el gol de Calleri, de penalti, cometido sobre Matías Aguirregaray. Las Palmas fue más valiente todavía. Messi no aparecía y el Barcelona sufría ahora para robar la pelota. Las Palmas aguantaba las acometidas del Barça que se reforzó más con los cambios de Countinho y Rakitic.
La UD Las Palmas acompañada por una afición entregada con su equipo fue clave para aguantar las acometidas del Barcelona, aunque la mejor ocasión para el 2-1 la tuvo Tana en su botas. La clave estaba en no dejar aparecer a Messi y los seis minutos de alargue que dio Mateu Lahoz. Un punto que para Las Palmas huele a permanencia, un objetivo que depende de los grancanarios.
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