Los claretianos mandaron durante muchos minutos del partido, incluido el tercer cuarto, pero acabaron cediendo en el último.
Mucho se discutió en los dos días previos al segundo envite de semifinales entre Real Madrid y Herbalife Gran Canaria de la oposición que podría plantear el equipo claretiano. Los de Luis Casimiro saltaron al parqué del WiZink Center dispuestos a demostrar, a todos esos escépticos, que eran más que capaces de competir de tú a tú con el campeón de Europa. Con un equipo de calibre Euroleague.
Báez dio rápido en el primer ataque claretiano anotando de tres. El jugador dominicano, que no ha estado especialmente acertado en este Playoff por el título, demostró carácter y acierto en los compases iniciales del choque. El Real Madrid, eso sí, llevó la voz cantante y evitó que los isleños llegaran a obtener las rentas que lograron en el primer duelo. Una canasta de Felipe Reyes ponía con tres de ventaja a los blancos, pero el Herbalife Gran Canaria peleaba con buenos argumentos y una canasta de pillo del joven Albert Oliver (9-10, minuto 5) adelantaba a los isleños llegados al ecuador del primer acto.
El conjunto blanco, que pudo contar en esta ocasión con Trey Thompkins y Gustavo Ayón, ambos titulares, no era capaz de sumar con facilidad en ataque y tan solo algunos despistes puntuales de los amarillos eran castigados por un plantel de una calidad sideral. Báez se tenía que retirar por dos faltas personales, una de ellas precedida por un brillante tapón de Rabaseda señalado como ilegal cuando no lo fue, y los claretianos conseguían mantener el ritmo con la segunda unidad. Un canastón de Gal Mekel en la última posesión permitió a los grancanarios cerrar el acto inicial con una ventaja de dos puntos (19-21).
Tal y como sucediera el pasado domingo, los de Casimiro acababan el primer cuarto por delante en el marcador. Pero, esta vez, y aunque la renta era inferior -el domingo fue de ocho puntos-, las sensaciones eran si cabía mejores. Porque Herbalife Gran Canaria trataba de tú a tú a un Real Madrid despierto desde el salto inicial.
El segundo cuarto arrancó con un tapón legal de Balvin que los colegiados señalaron como falta. Sin embargo, el Real Madrid sufrió desde la línea de 4,60 para sumar. Eriksson, en cambio, se enchufó rápidamente. Neutralizado en el primer envite, el sueco clavó el primer triple que intentó. Anotó siete puntos consecutivos y contagió acierto a sus compañeros. Los diez minutos del Herbalife Gran Canaria en esta segunda escena fueron brillantes. Un parcial de 3-9 con triples de Aguilar, Rabaseda y Eriksson (33-39, minuto 16) forzó el tiempo muerto de Pablo Laso.
El cántabro intentó reactivar a los suyos. Surgió entonces el talento de jugadores únicos en el Viejo Continente. El Real Madrid empezó a sumar de tres en tres gracias a Doncic y Llull, líderes de un parcial de 7-0 que sirvió para culminar la remontada blanca. Pero lejos de amilanarse, los amarillos siguieron devolviendo golpes. En defensa era casi misión imposible parar a la escuadra blanca, pero en el tú a tú, en el golpeo anárquico e inspirado, el Herbalife Gran Canaria aguantaba. Un triple de Carroll replicando un gancho de Fischer hizo que los blancos enfilaran el túnel de vestuarios con dos puntos de colchón (52-50).
No sirvió de mucho el estado de gracia de Facundo Campazzo. Los blancos se sotenían en el partido gracias al acierto exterior ante un Herbalife Gran Canaria mucho más equipo y mucho más entero. Ondrej Balvin enterraba el balón en el aro ante la mirada -y la falta- de Edy Tavares (61-66, minuto 27) para seguir dando alas a los isleños, que no dejaban de confiar en el triunfo. La renta llegó a ser de siete puntos (63-70, minuto 28) antes de un arreón final de los locales en el minuto y medio que cerró el cuarto con igualada, tras una canasta de Rudy Fernández (70-70).
Era un partido nuevo a diez minutos. Y el Real Madrid, consciente de ello, salió a morder. Thompkins clavó el primer triple y, poco después, tras error amarillo, hizo lo propio Doncic. Los dos minutos y medio de arranque del último cuarto fueron un duro golpe a la moral claretiana. Casimiro pidió tiempo muerto (81-72, minuto 33) con más de siete minutos por delante para insuflar ánimos a los suyos y hacerles ver que se podía. Como se pudo en la Fonteta días atrás.
Y, los amarillos, haciendo un trabajo loable y con paciencia, consiguieron aferrarse al choque. Un parcial de 0-6 mantneía con vida a los isleños (81-77, minuto 35) llegados a la recta final del encuentro. El WiZink Center estaba encendido por una disputa de varias jugadas entre Pablo Aguilar y Luka Doncic en la que la chulesca actitud del esloveno dejó que desear.
A la hora de la verdad, el Real Madrid demostró por qué es el campeón de Europa. Por qué, en los últimos años, ha edificado una hegemonía de juego y resultados en todo el continente. El Herbalife Gran Canaria lo intentó de todas las maneras pero acabó siendo imposible contrarrestar el acierto blanco.
Con un 2-0 en la eliminatoria, los claretianos intentarán que el duelo del jueves -20:00 horas en el Gran Canaria Arena- no sea el último de la serie ni de la temporada.
Báez dio rápido en el primer ataque claretiano anotando de tres. El jugador dominicano, que no ha estado especialmente acertado en este Playoff por el título, demostró carácter y acierto en los compases iniciales del choque. El Real Madrid, eso sí, llevó la voz cantante y evitó que los isleños llegaran a obtener las rentas que lograron en el primer duelo. Una canasta de Felipe Reyes ponía con tres de ventaja a los blancos, pero el Herbalife Gran Canaria peleaba con buenos argumentos y una canasta de pillo del joven Albert Oliver (9-10, minuto 5) adelantaba a los isleños llegados al ecuador del primer acto.
El conjunto blanco, que pudo contar en esta ocasión con Trey Thompkins y Gustavo Ayón, ambos titulares, no era capaz de sumar con facilidad en ataque y tan solo algunos despistes puntuales de los amarillos eran castigados por un plantel de una calidad sideral. Báez se tenía que retirar por dos faltas personales, una de ellas precedida por un brillante tapón de Rabaseda señalado como ilegal cuando no lo fue, y los claretianos conseguían mantener el ritmo con la segunda unidad. Un canastón de Gal Mekel en la última posesión permitió a los grancanarios cerrar el acto inicial con una ventaja de dos puntos (19-21).
Tal y como sucediera el pasado domingo, los de Casimiro acababan el primer cuarto por delante en el marcador. Pero, esta vez, y aunque la renta era inferior -el domingo fue de ocho puntos-, las sensaciones eran si cabía mejores. Porque Herbalife Gran Canaria trataba de tú a tú a un Real Madrid despierto desde el salto inicial.
El segundo cuarto arrancó con un tapón legal de Balvin que los colegiados señalaron como falta. Sin embargo, el Real Madrid sufrió desde la línea de 4,60 para sumar. Eriksson, en cambio, se enchufó rápidamente. Neutralizado en el primer envite, el sueco clavó el primer triple que intentó. Anotó siete puntos consecutivos y contagió acierto a sus compañeros. Los diez minutos del Herbalife Gran Canaria en esta segunda escena fueron brillantes. Un parcial de 3-9 con triples de Aguilar, Rabaseda y Eriksson (33-39, minuto 16) forzó el tiempo muerto de Pablo Laso.
El cántabro intentó reactivar a los suyos. Surgió entonces el talento de jugadores únicos en el Viejo Continente. El Real Madrid empezó a sumar de tres en tres gracias a Doncic y Llull, líderes de un parcial de 7-0 que sirvió para culminar la remontada blanca. Pero lejos de amilanarse, los amarillos siguieron devolviendo golpes. En defensa era casi misión imposible parar a la escuadra blanca, pero en el tú a tú, en el golpeo anárquico e inspirado, el Herbalife Gran Canaria aguantaba. Un triple de Carroll replicando un gancho de Fischer hizo que los blancos enfilaran el túnel de vestuarios con dos puntos de colchón (52-50).
Pelea hasta el final
El Real Madrid había cerrado la primera parte con un triple de Jaycee Carroll, y abrió la segunda de idéntica manera. El ex de los amarillos saltó enchufado tras la reanudación pero sus compañeros no le siguieron. Fue el Herbalife Gran Canaria el equipo que controló el tempo del partido en un tercer acto inmaculable bajo la dirección de Nikola Radicevic. El base balcánico se erigió como el líder de los suyos con un Albert Oliver inspirado. El catalán anotó cinco tantos consecutivos (56-59, minuto 24) para adelantar a los suyos con un parcial de 1-7 que dejaba a los de Laso, nuevamente, a remolque.No sirvió de mucho el estado de gracia de Facundo Campazzo. Los blancos se sotenían en el partido gracias al acierto exterior ante un Herbalife Gran Canaria mucho más equipo y mucho más entero. Ondrej Balvin enterraba el balón en el aro ante la mirada -y la falta- de Edy Tavares (61-66, minuto 27) para seguir dando alas a los isleños, que no dejaban de confiar en el triunfo. La renta llegó a ser de siete puntos (63-70, minuto 28) antes de un arreón final de los locales en el minuto y medio que cerró el cuarto con igualada, tras una canasta de Rudy Fernández (70-70).
Era un partido nuevo a diez minutos. Y el Real Madrid, consciente de ello, salió a morder. Thompkins clavó el primer triple y, poco después, tras error amarillo, hizo lo propio Doncic. Los dos minutos y medio de arranque del último cuarto fueron un duro golpe a la moral claretiana. Casimiro pidió tiempo muerto (81-72, minuto 33) con más de siete minutos por delante para insuflar ánimos a los suyos y hacerles ver que se podía. Como se pudo en la Fonteta días atrás.
Y, los amarillos, haciendo un trabajo loable y con paciencia, consiguieron aferrarse al choque. Un parcial de 0-6 mantneía con vida a los isleños (81-77, minuto 35) llegados a la recta final del encuentro. El WiZink Center estaba encendido por una disputa de varias jugadas entre Pablo Aguilar y Luka Doncic en la que la chulesca actitud del esloveno dejó que desear.
A la hora de la verdad, el Real Madrid demostró por qué es el campeón de Europa. Por qué, en los últimos años, ha edificado una hegemonía de juego y resultados en todo el continente. El Herbalife Gran Canaria lo intentó de todas las maneras pero acabó siendo imposible contrarrestar el acierto blanco.
Con un 2-0 en la eliminatoria, los claretianos intentarán que el duelo del jueves -20:00 horas en el Gran Canaria Arena- no sea el último de la serie ni de la temporada.
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