Los claretianos sufrieron, aguantaron y superaron a Valencia Basket en la prórroga tras forzar el tiempo extra de manera increíble.
Repetía quinteto Luis Casimiro y volvía a sacar a pista a Niko Radicevic, Albert Oliver, Xavi Rabaseda, Eulis Báez y Luke Fischer. Los cinco fueron los que saltaron al parqué para arrancar el segundo partido de la eliminatoria ante Valencia Basket. El guion, lógicamente, no iba a ser tan meloso y agradable para los claretianos. Era una cuestión de vida o muerte para Valencia Basket, y los de Vidorreta lo sabían.
Sin embargo, ambos equipos salieron con más o menos las mismas dudas, los mismos aciertos. Llevó la voz cantante el Valencia Basket con dos canastas consecutivas sin respuesta por parte del Herbalife Gran Canaria, pero un triple de Albert Oliver (7-7, minuto 4) daba pie a un constante intercambio de golpes que provocó numerosos empates en el luminoso de la Fonteta. Ambos conjuntos daban lo mejor de sí en ataque, con porcentajes de acierto elevados.
Fernando San Emeterio tuvo una primera parte primorosa. El cántabro exhibió galones y lideró al equipo taronja en labores ofensivas. Fue imparable en el poste, jugando desde el perímetro hacia la pintura, y causó estragos. Pero las rotaciones favorecieron al equipo claretiano. Con Marcus Eriksson y Oriol Paulí en pista, los isleños lograron un parcial de 0-7 (13-18, minuto 8) que dio ventaja a un equipo amarillo cómodo en pista, consciente del plan a ejecutar y bien en defensa. Al término del primer acto, los grancanarios disfrutaban de la mayor diferencia del choque (14-20).
Sin embargo, varios desajustes defensivos dieron alas a un Valencia Basket que, por supuesto, se encomendó al talento individual de una tremenda plantilla de Euroliga. Eriksson y Paulí seguían empeñados en mantener con ventaja a los suyos, anotando dos triples de gran valor moral. La ventaja llegó a ser de ocho tantos (20-28, minuto 15) antes de que Erick Green se enchufara. El nortaemericano, inédito en la eliminatoria y con problemas físicos, sacó a relucir su talento de élite continental para enchufar a los suyos.
Encontró en su compatriota Will Thomas su acompañante perfecto. El ala-pívot hizo mucho daño jugando con libertad y superando con cierta facilidad a su par. Un mate tras rebote ofensivo (31-30, minuto 17) obligaba a Luis Casimiro a solicitar tiempo muerto. Sin embargo, el Herbalife Gran Canaria mostró entereza. Xavi Rabaseda, que había errado sus dos primeros intentos de tres tras el 3/4 logrado hace dos días en el Arena, clavaba su tercer lanzamiento desde más allá de 6,75. Los amarillos recuperaron así la ventaja y la mantuvieron hasta el final de la primera parte. Una renta, eso sí, mínima; tan solo un punto, tal y como habían conseguido el pasado lunes en el mismo escenario (37-38).
San Emeterio siguió a lo suyo y lideró a los valencianos en los mejores minutos, hasta el momento, de la escuadra local. Sin embargo, la renta taronja tan solo llegó a ser de tres puntos en este intervalo, y los de Luis Casimiro eran capaces de contrarrestar su desacierto ofensivo con una gran actitud y una buena predisposición en todas las situaciones de juego. Los claretianos habían podido aguantar las embestidas de Valencia Basket con hechuras de equipo grande, pero Aaron Doornekamp clavaba un triple doloroso en lo anímico en la última posesión del tercer acto (60-55).
Eran solo cinco puntos, pero parecía un mundo en un choque que había transcurrido con una igualdad absoluta. Valencia Basket estaba, sin lugar a dudas, disfrutando de sus mejores minutos en toda la noche. La Fonteta así lo sentía y la parroquia valenciana saltaba por los aires con otro triple de Doornekamp (65-55, minuto 32) que obligaba a Casimiro a pedir tiempo muerto con mucho tiempo aún por delante.
Casi dos minutos tardó en anotar Herbalife Gran Canaria, y lo acabó haciendo por mediación de un valiente Niko Radicevic. Cuando más atascada estaba la ofensiva amarilla, el base serbio tiró de descaro para sumar puntos con sus penetraciones por la izquierda. El marcador, sin embargo, se estancó en un 69-60 que durante más de dos minutos no se movió. Herbalife Gran Canaria dispuso de varias posesiones para recortar distancias, pero no había manera. Un voluntarioso Eulis Báez asumía responsabilidades pero sin acierto, y Valencia Basket llegaba a la decena de ventaja (70-60, minuto 36) con poco más de cuatro minutos por delante.
Se antojaba una misión casi imposible, pero los claretianos tiraron de orgullo. De raza. El propio Báez firmaba un 2+1 tras coger el rebote de un fallo propio para recortar distancias. Jugada a jugada, el Herbalife Gran Canaria se lo fue creyendo y llegó a colocarse a cuatro puntos (72-68, minuto 38) con dos minutos y medio por disputarse. Se estiraba Valencia Basket, aparecían sus hombres en racha… y Sam Van Rossom, a cuarenta segundos del final, clavaba un triple que suponía el 78-73. La Fonteta celebraba.
Lo que aconteció después queda ya en los libros de historia del baloncesto nacional. Probablemente europeo. A buen seguro, en los libros de la historia de un Herbalife Gran Canaria fiel a sus orígenes, a su historia. Con 80-75 en el marcador, Marcus Eriksson clavaba un triple de videojuego a cuatro segundos del final. San Emeterio iba al tiro libre para anotar uno de dos y poner el 81-78 en el luminoso. En la siguiente jugada, Mekel recibía falta. El hebreo anotó uno, tiró a fallar el segundo… Y la posesión fue amarilla. Apenas 1,9 segundos. La actuación de Mekel en los instantes finales le depara un lugar privilegiado en la historia amarilla. Recibió el saque de banda, fue a penetrar… y sacó la falta personal con únicamente una décima por jugarse. Anotó los dos tiros libres con sangre fría y, no sin antes una intentona imposible de cada equipo, mandó el choque a la prórroga.
El Herbalife Gran Canaria arrancó el tiempo extra acelerado. El capitán Báez no hallaba el aro, tampoco Rabaseda, y Valencia Basket empezaba dando primero. Llegó a tener tres de ventaja el cuadro de Vidorreta con tres minutos por delante.
Fue entonces cuando Xavi Rabaseda clavó un triple que insufló moral y ánimo a los isleños. Con 87-86 en el electrónico, los amarillos defendieron con acierto… y Marcus Eriksson clavó un triple que ponía dos arriba al Herbalife Gran Canaria y apenas 45 segundos por jugarse. En un final de infarto, Van Rossom exhibía coraje y muelles colgándose del aro. Mate y 10,9 segundos por disputarse con 89-90 en el marcador.
Al tiro libre Albert Oliver, que cumplirá los 40 el próximo seis de junio… y dos de dos. Valencia Basket buscó la segunda prórroga con un triple en la última posesión. Dispuso de dos intentos, no entraron, y el Herbalife Gran Canaria escribió de la manera más dulce posible una nueva página en su impresionante historia. Semifinales de Liga Endesa por segunda vez… y billete para la Turkish Airlines Euroleague del próximo curso.
Sin embargo, ambos equipos salieron con más o menos las mismas dudas, los mismos aciertos. Llevó la voz cantante el Valencia Basket con dos canastas consecutivas sin respuesta por parte del Herbalife Gran Canaria, pero un triple de Albert Oliver (7-7, minuto 4) daba pie a un constante intercambio de golpes que provocó numerosos empates en el luminoso de la Fonteta. Ambos conjuntos daban lo mejor de sí en ataque, con porcentajes de acierto elevados.
Fernando San Emeterio tuvo una primera parte primorosa. El cántabro exhibió galones y lideró al equipo taronja en labores ofensivas. Fue imparable en el poste, jugando desde el perímetro hacia la pintura, y causó estragos. Pero las rotaciones favorecieron al equipo claretiano. Con Marcus Eriksson y Oriol Paulí en pista, los isleños lograron un parcial de 0-7 (13-18, minuto 8) que dio ventaja a un equipo amarillo cómodo en pista, consciente del plan a ejecutar y bien en defensa. Al término del primer acto, los grancanarios disfrutaban de la mayor diferencia del choque (14-20).
Sin embargo, varios desajustes defensivos dieron alas a un Valencia Basket que, por supuesto, se encomendó al talento individual de una tremenda plantilla de Euroliga. Eriksson y Paulí seguían empeñados en mantener con ventaja a los suyos, anotando dos triples de gran valor moral. La ventaja llegó a ser de ocho tantos (20-28, minuto 15) antes de que Erick Green se enchufara. El nortaemericano, inédito en la eliminatoria y con problemas físicos, sacó a relucir su talento de élite continental para enchufar a los suyos.
Encontró en su compatriota Will Thomas su acompañante perfecto. El ala-pívot hizo mucho daño jugando con libertad y superando con cierta facilidad a su par. Un mate tras rebote ofensivo (31-30, minuto 17) obligaba a Luis Casimiro a solicitar tiempo muerto. Sin embargo, el Herbalife Gran Canaria mostró entereza. Xavi Rabaseda, que había errado sus dos primeros intentos de tres tras el 3/4 logrado hace dos días en el Arena, clavaba su tercer lanzamiento desde más allá de 6,75. Los amarillos recuperaron así la ventaja y la mantuvieron hasta el final de la primera parte. Una renta, eso sí, mínima; tan solo un punto, tal y como habían conseguido el pasado lunes en el mismo escenario (37-38).
Final de leyenda
Valencia Basket había acabado con buenas sensaciones una primera parte en la que se había visto tocado. Sin Joan Sastre, lesionado en la espalda tras un desafortunado resbalón, el conjunto taronja volvió al parqué de la Fuente de San Luis dispuesto a mantener la buena inercia y hacerse con el control del partido. No obstante, el marcador se convirtió en una continua alternancia de ventajas en el luminoso. Los de Vidorreta, eso sí, pronto fueron capaces de sacar algo de ventaja.San Emeterio siguió a lo suyo y lideró a los valencianos en los mejores minutos, hasta el momento, de la escuadra local. Sin embargo, la renta taronja tan solo llegó a ser de tres puntos en este intervalo, y los de Luis Casimiro eran capaces de contrarrestar su desacierto ofensivo con una gran actitud y una buena predisposición en todas las situaciones de juego. Los claretianos habían podido aguantar las embestidas de Valencia Basket con hechuras de equipo grande, pero Aaron Doornekamp clavaba un triple doloroso en lo anímico en la última posesión del tercer acto (60-55).
Eran solo cinco puntos, pero parecía un mundo en un choque que había transcurrido con una igualdad absoluta. Valencia Basket estaba, sin lugar a dudas, disfrutando de sus mejores minutos en toda la noche. La Fonteta así lo sentía y la parroquia valenciana saltaba por los aires con otro triple de Doornekamp (65-55, minuto 32) que obligaba a Casimiro a pedir tiempo muerto con mucho tiempo aún por delante.
Casi dos minutos tardó en anotar Herbalife Gran Canaria, y lo acabó haciendo por mediación de un valiente Niko Radicevic. Cuando más atascada estaba la ofensiva amarilla, el base serbio tiró de descaro para sumar puntos con sus penetraciones por la izquierda. El marcador, sin embargo, se estancó en un 69-60 que durante más de dos minutos no se movió. Herbalife Gran Canaria dispuso de varias posesiones para recortar distancias, pero no había manera. Un voluntarioso Eulis Báez asumía responsabilidades pero sin acierto, y Valencia Basket llegaba a la decena de ventaja (70-60, minuto 36) con poco más de cuatro minutos por delante.
Se antojaba una misión casi imposible, pero los claretianos tiraron de orgullo. De raza. El propio Báez firmaba un 2+1 tras coger el rebote de un fallo propio para recortar distancias. Jugada a jugada, el Herbalife Gran Canaria se lo fue creyendo y llegó a colocarse a cuatro puntos (72-68, minuto 38) con dos minutos y medio por disputarse. Se estiraba Valencia Basket, aparecían sus hombres en racha… y Sam Van Rossom, a cuarenta segundos del final, clavaba un triple que suponía el 78-73. La Fonteta celebraba.
Lo que aconteció después queda ya en los libros de historia del baloncesto nacional. Probablemente europeo. A buen seguro, en los libros de la historia de un Herbalife Gran Canaria fiel a sus orígenes, a su historia. Con 80-75 en el marcador, Marcus Eriksson clavaba un triple de videojuego a cuatro segundos del final. San Emeterio iba al tiro libre para anotar uno de dos y poner el 81-78 en el luminoso. En la siguiente jugada, Mekel recibía falta. El hebreo anotó uno, tiró a fallar el segundo… Y la posesión fue amarilla. Apenas 1,9 segundos. La actuación de Mekel en los instantes finales le depara un lugar privilegiado en la historia amarilla. Recibió el saque de banda, fue a penetrar… y sacó la falta personal con únicamente una décima por jugarse. Anotó los dos tiros libres con sangre fría y, no sin antes una intentona imposible de cada equipo, mandó el choque a la prórroga.
El Herbalife Gran Canaria arrancó el tiempo extra acelerado. El capitán Báez no hallaba el aro, tampoco Rabaseda, y Valencia Basket empezaba dando primero. Llegó a tener tres de ventaja el cuadro de Vidorreta con tres minutos por delante.
Fue entonces cuando Xavi Rabaseda clavó un triple que insufló moral y ánimo a los isleños. Con 87-86 en el electrónico, los amarillos defendieron con acierto… y Marcus Eriksson clavó un triple que ponía dos arriba al Herbalife Gran Canaria y apenas 45 segundos por jugarse. En un final de infarto, Van Rossom exhibía coraje y muelles colgándose del aro. Mate y 10,9 segundos por disputarse con 89-90 en el marcador.
Al tiro libre Albert Oliver, que cumplirá los 40 el próximo seis de junio… y dos de dos. Valencia Basket buscó la segunda prórroga con un triple en la última posesión. Dispuso de dos intentos, no entraron, y el Herbalife Gran Canaria escribió de la manera más dulce posible una nueva página en su impresionante historia. Semifinales de Liga Endesa por segunda vez… y billete para la Turkish Airlines Euroleague del próximo curso.
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