Los claretianos brillaron en el arranque y luego no pudieron contrarrestar el físico y el acierto del equipo blanco.
No había tenido ni tan siquiera 48 horas de descanso el Herbalife Gran Canaria. Tras acabar casi a la una de la madrugada el partido en Valencia en la noche del viernes al sábado, los claretianos tuvieron que tomar el AVE para llegar a la capital. Dos entrenamientos sin demasiado tiempo de preparar cosas, y al lío. Al lío de medirse al campeón de Europa, a un Real Madrid en plenas condiciones con cinco días de descanso.
Y, la salida de los de Luis Casimiro, fue pluscuamperfecta. Sideral. Los isleños saltaron al parqué del WiZink Center con una energía incontrolable. Niko Radicevic y Luke Fischer, sin especial protagonismo en la eliminatoria de cuartos de final, conformaron una pareja demoledora. El serbio y el norteamericano demostraron el poder de equipo de esta plantilla claretiana. El base, con decisión en las penetraciones y acierto en el pase a Fischer, y el pívot, atacando bien tras el bloqueo, causaron estragos. Laso pidió tiempo muerto para esploear con gritos a los suyos, pero los isleños consiguieron llevar su ventaja hasta la docena de puntos (4-16, minuto 6) ante un Real Madrid atascado.
Pero si hablamos de profundidad de banquillo, qué decir del Real Madrid. Salió a pista Llull y revolucionó el ataque blanco. El campeón europeo tiró de orgullo y sus hombres importantes sacaron galones. Tanto el balear, como Rudy Fernández y Felipe Reyes, protagonizaron diversas acciones de casta que enchufó también al público madrileño. Gal Mekel no dudaba en echarse el equipo a las espaldas ante una defensa más agresiva, y conseguía mantener en ventaja a los suyos (14-22).
Sin embargo, la reacción madrileña era patente. Empezaban a anotar y a demostrar los argumentos que les llevaron a ser campeones de Europa pocas semanas atrás en Belgrado. Rudy Fernández clavó el primer triple del equipo para abrir el segundo acto. Los de Casimiro sufrían en ataque y, además, se veían con problemas en la rotación exterior. Sin DJ Seeley disponible por molestias en la rodilla, Xavi Rabaseda y Marcus Eriksson se veían cargados con tres faltas personales cada uno muy pronto. Así, acabó siendo inevitable la remontada local (31-30, minuto 15) tras canasta de Carroll, no sin antes un espectacular mate de Rabaseda sobre Edy Tavares.
La figura del caboverdiano fue también clave en la reacción de los de Pablo Laso. Su presencia en el interior amedrentó a un Herbalife Gran Canaria sin demasiado acierto en el perímetro y con demasiadas pérdidas para evitar el juego rival. Costaba anotar y el Real Madrid lo aprovechaba para levantar el vuelo. El descanso parecía la única manera de intentar apaciguar el fuego que había creado un equipo madrileño inspirado y agresivo. El segundo cuarto acabó con una renta de diez tantos para un conjunto local que mostró los dientes (42-32).
Los amarillos consiguieron reducir distancias hasta colocarse a 13 puntos disponiendo, además, de varias ocasiones para hacer que la diferencia bajara un poco más. No aprovecharon debido a la intensa defensa de un Real Madrid que, entre otras cosas, evitó que Marcus Eriksson tirara desde más allá de 6,75. Los de Pablo Laso, avisados con el arranque de 4-16 que habían protagonizado los claretianos, no dieron ni una concesión. Ni un respiro. Con la desventaja rondando la veintena de puntos, un arreón de ocho tantos consecutivos de Pablo Aguilar permitieron a los de Luis Casimiro cerrar el cuarto con vida (62-49).
Seguía siendo una misión casi imposible, pero arrancó bien el conjunto amarillo el definitivo acto. Un tiro libre de Luke Fischer llegó a colocar a los isleños a diez tantos (64-54, minuto 32). Un lanzamiento que los colegiados podrían haber dado de dos puntos al ver cómo Edy Tavares tocaba el esférico antes de entrar a canasta. No lo entendieron así, y la diferencia no llegó a bajar nunca de los dobles dígitos.
El propio Tavares, fundamental durante toda la tarde en el WiZink Center desde la defensa, se exhibió también en ataque con varios mates, con Doncic y Rudy Fernández encontrándole de manera clara siempre por alto. Los amarillos no pudieron competir hasta el final por el choque ante un Real Madrid muy acertado, castigando desde 6,75 y con una mayor presencia bajo los aros.
Al final, un 88-70 esclarecedor que dejó clara la fuerza blanca en, eso sí, tan solo el primer duelo de una serie al mejor de cinco. El martes, segunda película de estas semifinales de Liga Endesa.
Y, la salida de los de Luis Casimiro, fue pluscuamperfecta. Sideral. Los isleños saltaron al parqué del WiZink Center con una energía incontrolable. Niko Radicevic y Luke Fischer, sin especial protagonismo en la eliminatoria de cuartos de final, conformaron una pareja demoledora. El serbio y el norteamericano demostraron el poder de equipo de esta plantilla claretiana. El base, con decisión en las penetraciones y acierto en el pase a Fischer, y el pívot, atacando bien tras el bloqueo, causaron estragos. Laso pidió tiempo muerto para esploear con gritos a los suyos, pero los isleños consiguieron llevar su ventaja hasta la docena de puntos (4-16, minuto 6) ante un Real Madrid atascado.
Pero si hablamos de profundidad de banquillo, qué decir del Real Madrid. Salió a pista Llull y revolucionó el ataque blanco. El campeón europeo tiró de orgullo y sus hombres importantes sacaron galones. Tanto el balear, como Rudy Fernández y Felipe Reyes, protagonizaron diversas acciones de casta que enchufó también al público madrileño. Gal Mekel no dudaba en echarse el equipo a las espaldas ante una defensa más agresiva, y conseguía mantener en ventaja a los suyos (14-22).
Sin embargo, la reacción madrileña era patente. Empezaban a anotar y a demostrar los argumentos que les llevaron a ser campeones de Europa pocas semanas atrás en Belgrado. Rudy Fernández clavó el primer triple del equipo para abrir el segundo acto. Los de Casimiro sufrían en ataque y, además, se veían con problemas en la rotación exterior. Sin DJ Seeley disponible por molestias en la rodilla, Xavi Rabaseda y Marcus Eriksson se veían cargados con tres faltas personales cada uno muy pronto. Así, acabó siendo inevitable la remontada local (31-30, minuto 15) tras canasta de Carroll, no sin antes un espectacular mate de Rabaseda sobre Edy Tavares.
La figura del caboverdiano fue también clave en la reacción de los de Pablo Laso. Su presencia en el interior amedrentó a un Herbalife Gran Canaria sin demasiado acierto en el perímetro y con demasiadas pérdidas para evitar el juego rival. Costaba anotar y el Real Madrid lo aprovechaba para levantar el vuelo. El descanso parecía la única manera de intentar apaciguar el fuego que había creado un equipo madrileño inspirado y agresivo. El segundo cuarto acabó con una renta de diez tantos para un conjunto local que mostró los dientes (42-32).
Músculo de campeón de Europa
Las pérdidas de balón, la lucha en el rebote y la gran diferencia de acierto desde fuera eran los factores claves que daban ventaja a los capitalinos tras la primera parte. Se antojaba difícil para Herbalife Gran Canaria cambiar las tornas del choque y no lo logró en el arranque del tercer acto. El Real Madrid corrió y endosó un parcial de 7-0 (49-32, minuto 23) que obligó a Luis Casimiro, dos minutos y medio después de que se iniciara el período, a pedir tiempo muerto.Los amarillos consiguieron reducir distancias hasta colocarse a 13 puntos disponiendo, además, de varias ocasiones para hacer que la diferencia bajara un poco más. No aprovecharon debido a la intensa defensa de un Real Madrid que, entre otras cosas, evitó que Marcus Eriksson tirara desde más allá de 6,75. Los de Pablo Laso, avisados con el arranque de 4-16 que habían protagonizado los claretianos, no dieron ni una concesión. Ni un respiro. Con la desventaja rondando la veintena de puntos, un arreón de ocho tantos consecutivos de Pablo Aguilar permitieron a los de Luis Casimiro cerrar el cuarto con vida (62-49).
Seguía siendo una misión casi imposible, pero arrancó bien el conjunto amarillo el definitivo acto. Un tiro libre de Luke Fischer llegó a colocar a los isleños a diez tantos (64-54, minuto 32). Un lanzamiento que los colegiados podrían haber dado de dos puntos al ver cómo Edy Tavares tocaba el esférico antes de entrar a canasta. No lo entendieron así, y la diferencia no llegó a bajar nunca de los dobles dígitos.
El propio Tavares, fundamental durante toda la tarde en el WiZink Center desde la defensa, se exhibió también en ataque con varios mates, con Doncic y Rudy Fernández encontrándole de manera clara siempre por alto. Los amarillos no pudieron competir hasta el final por el choque ante un Real Madrid muy acertado, castigando desde 6,75 y con una mayor presencia bajo los aros.
Al final, un 88-70 esclarecedor que dejó clara la fuerza blanca en, eso sí, tan solo el primer duelo de una serie al mejor de cinco. El martes, segunda película de estas semifinales de Liga Endesa.
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