Ante los propósitos oficializados de disolver la Federación de Automovilismo de Las Palmas para dar paso a tres federaciones insulares: Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, la Escudería Drago, desde su perspectiva histórica como impulsora y creadora de la actual Federación, está en el deber de manifestar a la opinión pública su opinión, siempre desde el respeto a las personas y sus iniciativas.
Es importante conocer los antecedentes históricos de la actual Federación de Las Palmas, creada a iniciativa de la Escudería Drago en el año 1972, paralelamente a la recuperación de las actividades deportivas en la provincia con la primera Subida de Juncalillo.
Hasta entonces se dependía federativamente de Tenerife, y como resalta nuestro actual presidente Hilario Gómez, las licencias eran tramitadas por él mismo desde su comercio “Casa Paulina” en la calle Albareda, y se expedían por la Española a través de la Federación Tinerfeña.
El reinicio de actividades competitivas en la isla de Gran Canaria hizo necesario el establecimiento de una Federación Provincial, gestiones que la propia Escudería Drago realizó ante la Federación Española de Automovilismo, Delegación Provincial de Educación Física y Deportes y Gobierno Civil de la Provincial, proponiendo a Jesús Benjumea como presidente, el cual fue aceptado para el cargo por las citadas entidades.
Para el inicio de las actividades federativas durante los primeros meses, la Escudería Drago cedió un anexo de sus instalaciones en la calle Fernando Guanarteme, además de todo el apoyo preciso para diversas labores institucionales, en especial las colaboraciones de todo tipo ofrecidas al secretario Francisco “Pacuco” Bello, para el arranque de las competiciones de Karting.
El hecho de haber sido testigos, y parte activa de estos 42 años de historia en el automovilismo provincial, creemos que nos otorga el derecho a exponer nuestra opinión, totalmente contraria a la disolución y desmantelamiento de la actual Federación para debilitarla con el fraccionamiento en tres federaciones insulares.
Este hecho disolutorio conlleva, según los estatutos, la donación de todo el patrimonio a entidades benéficas tipo ONG, que pudiera tener sentido en el supuesto de un simple mobiliario, pero nunca en el caso de material técnico y de precisión, como sistemas de cronometraje, comunicaciones, balanzas, etc, cuya pérdida sería irreparable y además produciría la total interrupción de las competiciones.
Igualmente las competiciones quedarían en un vacío legal durante todo el proceso constitucional y electoral de las nuevas federaciones, que sería de varios meses, con el irreparable perjuicio deportivo y económico no solo de la entidad federativa, sino fundamentalmente de los deportistas, además de la pérdida de imagen y credibilidad social y pública.
La fragmentación en tres federaciones fomenta el sentimiento insularista y, automáticamente, el empobrecimiento para las islas de Lanzarote y Fuerteventura, que perderían el respaldo deportivo y económico que han tenido hasta ahora, pasando a depender económicamente del porcentaje de sus licencias, así como de todo el apoyo logístico que les viene prestando la actual Federación de Las Palmas, conllevando una asfixia total para el desarrollo de sus actividades.
Por el contrario, la Escudería Drago considera que la actual labor, apenas simbólica de la Federación Canaria, debe reconvertirse y dirigirse hacia una unificación que signifique y conlleve fortalecimiento del peso específico de nuestro deporte ante las autoridades, los estamentos públicos y la sociedad en general.
Todo ello sin entrar ni pretender influir en modo alguno sobre las personas que deben regir las federaciones, cuyos cargos deben salir de procedimientos electorales limpios y de máxima transparencia.
Por lo tanto, es totalmente inoportuno y muy confuso que este movimiento disolutorio coincida justamente en el tiempo del proceso electoral para las federaciones y que debe concluir antes de finalizar el presente año. Un proceso que con toda seguridad se va a contaminar con la desafortunada iniciativa de subdividir la Federación de Las Palmas, y cuyo resultado final será que la posible Federación de Gran Canaria pierda un pequeño porcentaje de su peso actual, pero que a las islas de Lanzarote y Fuerteventura las dejará reducidas a la mínima expresión deportiva y económica.
Sensu contrario, la Escudería Drago sí apoyaría una iniciativa integradora de la Federación de Las Palmas en una única Federación Canaria de Automovilismo con reglamentos únicos, criterios únicos y certámenes únicos, bajo el argumento universal de “la unión hace la fuerza”, es decir todo lo contrario al actual movimiento de desintegración.
Ejemplo de lo anterior: hace tres años las federaciones de Natación se unificaron en una sola con carácter regional. Un hecho muy lógico que debe ser considerado y analizado, de forma muy especial por la Dirección General de Deportes y la Consejería correspondiente del Gobierno Canario, atendiendo a razones puramente deportivas y excluyendo las de carácter político que pudieran haber.
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