El conjunto amarillo fue por delante en el electrónico durante todo el choque y acabó sumando un meritorio triunfo.
Los primeros compases del partido no pasarán a la historia. En general, no lo hará ninguno de los instantes de la primera mitad. Pero lo cierto es que en el inicio la sucesión de imprecisiones fue digna de mencionar. El UCAM Murcia logró abrir fuego con un triple de Baron y una canasta de dos de Radovic. Rápidamente replicaron Salin y Hendrix repitiendo también distancia en sus tiros para igualar el choque.
UCAM Murcia cometió muchos errores en ataque. Su director de orquesta, Facundo Campazzo, tuvo una de esas primeras mitades que, de vez en cuando, le tocan, en las que no sabe leer la partitura del partido. Los de Luis Casimiro, con su defensa, tuvieron parte de culpa en ese mal desempeño. En ataque, los claretianos tampoco estaban brillantes pero lograban adelantarse con seis puntos consecutivos de Hendrix. El ritmo de juego fue bastante lento y trabado, lo que provocó una anotación baja. Al final del primero, los claretianos vencían por cuatro (10-14).
Los cambios en ambos equipos no tuvieron el efecto deseado y la música que sonaba en el Palacio de Deportes de Murcia seguía siendo una arrítmica y acompasada. Intentaba nuevamente el Herbalife Gran Canaria abrir brecha, pero Benite, con Campazzo en el banquillo, tiraba del carro para conseguir la igualada (20-20, minuto 16) en un encuentro que seguía siendo de tono gris.
En una lucha de barro, de desaciertos y de errores, apareció la clase individual de Richard Hendrix. El pívot de Alabama sacó a relucir sus innumerables recursos ofensivos, anotando incluso dos triples consecutivos que permitieron cimentar un parcial de 0-10 para los isleños. Martynas Pocius, el internacional lituano, despertó de su letargo en los instantes finales de la primera mitad para lograr dos triples consecutivos y mantener con vida a un UCAM que se fue a vestuarios con muchas cosas en las que pensar (26-33).
Locura transitoria
Si la cadencia de la primera parte había sido lenta y cansina, el tercer cuarto no prometía precisamente emociones fuertes con su inicio. Y eso que Campazzo amenazó con despertar. Anotó cinco puntos consecutivos que apretaron las cosas, si bien Bo McCalebb le mantenía el pulso a base de piernas. Tras un triple de Baron (36-43, minuto 25) que era otro ladrillo en el camino dominador del Herbalife Gran Canaria, arrancó la locura.
Faverani fue castigado con una antideportiva en una defensa en transición a Planinic. El croata anotó uno y, después, vio de cerca cómo Campazzo empujaba a McCalebb en una penetración y recibía una nueva antideportiva. La afición murciana la tomó con el trío arbitral y, en el caos, reinó un Herbalife Gran Canaria pausado y con las ideas claras, que llegó a disfrutar de 16 puntos (36-52, minuto 28).
Sin embargo, los universitarios reaccionaron desde la defensa. Se apoyaron también en una antideportiva señalada a Royce O’Neale para acortar distancias con un gran parcial de 11-0 que, por momentos, hizo revivir a los fantasmas de Andorra. Al término del cuarto, los amarillos gozaban de cinco puntos de renta (49-54).
Como ya sucediera en los últimos cuatro desplazamientos amarillos a Murcia, el partido prometía un final de infarto. Sin embargo, UCAM Murcia parecía todavía aturdido tras el loco tercer cuarto y encadenó varios errores en el inicio del definitivo acto. Los amarillos corrieron y defendieron con mayor energía y siete puntos casi consecutivos de Kuric dinamitaron el choque (51-65, minuto 35) con un parcial de salida de 2-11.
Los últimos cinco minutos carecieron de historia. Kuric siguió aumentando su cifra anotadora para llegar hasta los 16 y Bo McCalebb completó con esbozos su mejor partido de amarillo en lo que llevamos de curso con 12 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias. Al final, un claro 57-76 que permite al Herbalife Gran Canaria sumar su segundo triunfo en Liga Endesa.
UCAM Murcia cometió muchos errores en ataque. Su director de orquesta, Facundo Campazzo, tuvo una de esas primeras mitades que, de vez en cuando, le tocan, en las que no sabe leer la partitura del partido. Los de Luis Casimiro, con su defensa, tuvieron parte de culpa en ese mal desempeño. En ataque, los claretianos tampoco estaban brillantes pero lograban adelantarse con seis puntos consecutivos de Hendrix. El ritmo de juego fue bastante lento y trabado, lo que provocó una anotación baja. Al final del primero, los claretianos vencían por cuatro (10-14).
Los cambios en ambos equipos no tuvieron el efecto deseado y la música que sonaba en el Palacio de Deportes de Murcia seguía siendo una arrítmica y acompasada. Intentaba nuevamente el Herbalife Gran Canaria abrir brecha, pero Benite, con Campazzo en el banquillo, tiraba del carro para conseguir la igualada (20-20, minuto 16) en un encuentro que seguía siendo de tono gris.
En una lucha de barro, de desaciertos y de errores, apareció la clase individual de Richard Hendrix. El pívot de Alabama sacó a relucir sus innumerables recursos ofensivos, anotando incluso dos triples consecutivos que permitieron cimentar un parcial de 0-10 para los isleños. Martynas Pocius, el internacional lituano, despertó de su letargo en los instantes finales de la primera mitad para lograr dos triples consecutivos y mantener con vida a un UCAM que se fue a vestuarios con muchas cosas en las que pensar (26-33).
Locura transitoria
Si la cadencia de la primera parte había sido lenta y cansina, el tercer cuarto no prometía precisamente emociones fuertes con su inicio. Y eso que Campazzo amenazó con despertar. Anotó cinco puntos consecutivos que apretaron las cosas, si bien Bo McCalebb le mantenía el pulso a base de piernas. Tras un triple de Baron (36-43, minuto 25) que era otro ladrillo en el camino dominador del Herbalife Gran Canaria, arrancó la locura.
Faverani fue castigado con una antideportiva en una defensa en transición a Planinic. El croata anotó uno y, después, vio de cerca cómo Campazzo empujaba a McCalebb en una penetración y recibía una nueva antideportiva. La afición murciana la tomó con el trío arbitral y, en el caos, reinó un Herbalife Gran Canaria pausado y con las ideas claras, que llegó a disfrutar de 16 puntos (36-52, minuto 28).
Sin embargo, los universitarios reaccionaron desde la defensa. Se apoyaron también en una antideportiva señalada a Royce O’Neale para acortar distancias con un gran parcial de 11-0 que, por momentos, hizo revivir a los fantasmas de Andorra. Al término del cuarto, los amarillos gozaban de cinco puntos de renta (49-54).
Como ya sucediera en los últimos cuatro desplazamientos amarillos a Murcia, el partido prometía un final de infarto. Sin embargo, UCAM Murcia parecía todavía aturdido tras el loco tercer cuarto y encadenó varios errores en el inicio del definitivo acto. Los amarillos corrieron y defendieron con mayor energía y siete puntos casi consecutivos de Kuric dinamitaron el choque (51-65, minuto 35) con un parcial de salida de 2-11.
Los últimos cinco minutos carecieron de historia. Kuric siguió aumentando su cifra anotadora para llegar hasta los 16 y Bo McCalebb completó con esbozos su mejor partido de amarillo en lo que llevamos de curso con 12 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias. Al final, un claro 57-76 que permite al Herbalife Gran Canaria sumar su segundo triunfo en Liga Endesa.
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