La UD Las Palmas cosecha su tercer empate consecutivo frente al RCD Espanyol en un partido en el que dominó, pero en el que se mostró con la pólvora mojada, no consiguiendo anotar por primera vez esta temporada.
Partido para despegar y gran oportunidad de distanciarse de un rival directo en la pelea por la salvación, el Espanyol de Quique Sánchez Flores. El encuentro de la octava jornada comenzó con una clara propuesta de dominio por parte de Las Palmas mientras, el equipo periquito presionaba intentando ahogar la salida de balón de los amarillos.
La vuelta de Jonathan Viera al once intentaba revitalizar un ataque que funciona a las mil maravillas en este tramo liguero. El partido comenzó con mucho ritmo y ambos rivales se acercaban con peligro al marco. La primera gran oportunidad del partido fue un libre directo sancionado por una falta sobre Dani Castellano. Viera fue el encargado de ejecutar y la pelota se marchó por muy poco.
El dominio local fue crecieno a medida que disminuía la presión del Espanyol y así se traspasó el cuarto de hora, en el que la brújula amarilla llevada por Roque y Vicente Gómez comenzaba a mostrar el camino. Una jugada eléctrica de Viera asistía a Prince, que disparaba dentro del área y obligaba a Diego López a despejar el peligro a saque de esquina.
El partido se fue tranquilizando y Las Palmas tenía la posibilidad de dominar y jugar bien sus bazas. Livaja lanzó un obús en el minuto 19 y de nuevo Diego López enviaba a saque de esquina el disparo del croata, minuto 20. La mejor para el Espanyol, una contra que despejó de manera heróica David García, un titán para evitar el tanto de Baptistao para cumplir la media hora de partido con (0-0).
Las Palmas comenzó el segundo episodio intentando golpear a su rival, un remate en plancha de Prince puso en apuros a Diego López. Lo intentó de todas las maneras posibles el equipo de Quique Setién, que movió el banquillo intentando cambiar le ritmo del encuentro, con la inclusión de Tyronne y Araujo, por Vicente y Prince.
El tiempo se agotaba y el peligro del Espanyol llegaba, cómo no, de los contragolpes. El partido se ponía peligroso y así se entraba en la recta final, con todo por decidir y mucha emoción dada la incertidumbre del marcador. Los insulares buscaban esa efectividad en los minutos finales que han exhibido en los últimos encuentros, pero esta vez el tanto no llegó debieron conformarse con sumar un punto ante un rival que no perdió la cara al choque en ningún momento y dispuso de la última ocasión para ganar.
Partido para despegar y gran oportunidad de distanciarse de un rival directo en la pelea por la salvación, el Espanyol de Quique Sánchez Flores. El encuentro de la octava jornada comenzó con una clara propuesta de dominio por parte de Las Palmas mientras, el equipo periquito presionaba intentando ahogar la salida de balón de los amarillos.
La vuelta de Jonathan Viera al once intentaba revitalizar un ataque que funciona a las mil maravillas en este tramo liguero. El partido comenzó con mucho ritmo y ambos rivales se acercaban con peligro al marco. La primera gran oportunidad del partido fue un libre directo sancionado por una falta sobre Dani Castellano. Viera fue el encargado de ejecutar y la pelota se marchó por muy poco.
El dominio local fue crecieno a medida que disminuía la presión del Espanyol y así se traspasó el cuarto de hora, en el que la brújula amarilla llevada por Roque y Vicente Gómez comenzaba a mostrar el camino. Una jugada eléctrica de Viera asistía a Prince, que disparaba dentro del área y obligaba a Diego López a despejar el peligro a saque de esquina.
El partido se fue tranquilizando y Las Palmas tenía la posibilidad de dominar y jugar bien sus bazas. Livaja lanzó un obús en el minuto 19 y de nuevo Diego López enviaba a saque de esquina el disparo del croata, minuto 20. La mejor para el Espanyol, una contra que despejó de manera heróica David García, un titán para evitar el tanto de Baptistao para cumplir la media hora de partido con (0-0).
Las Palmas comenzó el segundo episodio intentando golpear a su rival, un remate en plancha de Prince puso en apuros a Diego López. Lo intentó de todas las maneras posibles el equipo de Quique Setién, que movió el banquillo intentando cambiar le ritmo del encuentro, con la inclusión de Tyronne y Araujo, por Vicente y Prince.
El tiempo se agotaba y el peligro del Espanyol llegaba, cómo no, de los contragolpes. El partido se ponía peligroso y así se entraba en la recta final, con todo por decidir y mucha emoción dada la incertidumbre del marcador. Los insulares buscaban esa efectividad en los minutos finales que han exhibido en los últimos encuentros, pero esta vez el tanto no llegó debieron conformarse con sumar un punto ante un rival que no perdió la cara al choque en ningún momento y dispuso de la última ocasión para ganar.
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