Vuelve la sonrisa amarilla a la Liga Endesa
La imperiosa necesidad de ganar del Herbalife Gran Canaria podía afectar positiva o negativamente a los jugadores amarillos. El inicio del encuentro podría resultar determinante… y no fue el mejor. El conjunto fuenlabreño se mostró más entero en los compases iniciales y obtuvo rápidamente un parcial de 0-7 en apenas minuto y medio de choque. El ataque isleño no carburaba, pero la afición del Gran Canaria Arena animaba tras cada desacierto, tras cada punto rival.
Royce O’Neale abrió la veda para los locales y Eulis Báez le siguió con cuatro puntos consecutivos. El capitán contagió su garra y coraje a sus compañeros, que poco a poco empezaban a ganar los balones sueltos. La defensa de los de Luis Casimiro ahogó a un Montakit Fuenlabrada que no tuvo plan ‘B’ cuando vio que el ‘A’, consistente en aprovechar la debilidad sistemática en los bloqueos frontales del Granca, no funcionaba. Era solo un vaso de agua pero los de Cuspinera se ahogaron rápidamente, y el Herbalife Gran Canaria aprovechó la coyuntura para convertirla en contexto. Uno que permitió a los locales endosar al Fuenla un terrible parcial de 27-4 que puso tierra de por medio antes del término del cuarto inicial (27-11).
La dirección de Albert Oliver, homenajeado en los prolegómenos del encuentro por sus 500 partidos ACB, fue clave. El banquillo amarillo aportó en todo momento, y la segunda unidad ayudó a que el ritmo no aflojara en ningún momento. Kuric disparó primero con un triple tras bote que desquició un poquito más al conjunto fuenlabreño. Cinco puntos y un tapón de Anzejs Pasecniks, nombre propio del segundo acto, ayudaron a que la renta siguiese por encima de la veintena de puntos (39-16, minuto 15) llegados al ecuador.
Rodillo absoluto
Los de Cuspinera no estaban en el Gran Canaria Arena, y el Herbalife Gran Canaria no quiso desaprovechar la ocasión para recobrar las mejores sensaciones posible. La diferencia llegó a rozar la treintena de puntos (48-19, minuto 18) con un triple de Sasu Salin, pero Montakit Fuenlabrada pudo maquillar el resultado con dos aciertos exteriores de Popovic y Cruz antes de que ambos equipos enfilasen el túnel de vestuario (53-30).
Se juntaron el hambre con las ganas de comer. El paso por vestuarios no reactivó a un Montakit Fuenlabrada que pagó demasiados platos rotos. Salin anotó la primera desde más allá de 6,75 en el tercer acto y los claretianos no miraron atrás. Si bien es cierto que Fuenlabrada consiguió anotar, durante unos minutos, con mayor facilidad, en defensa no encontraban la tecla para parar el vendaval que se les estaba viniendo encima.
La diferencia llegó a superar los 30 puntos con dos tiros libres Kuric (72-41, minuto 27). El choque empezó, en ese momento, a tomar un cariz un tanto vergonzoso para el cuadro fuenlabreño, que se veía superado por todas partes y no lograba mantenerle la cara al encuentro. Defensa a defensa, el Herbalife Gran Canaria fue aumentando la diferencia antes del bocinazo final del tercer período (86-50).
La cara de Jota Cuspinera durante todo el encuentro fue un poema. Uno de esos de retratos oscuros, lluviosos, de lectura profunda. Y dolorosa. Su gesto no cambió en todo un último cuarto en el que su equipo, en más de siete minutos, solo había anotado seis puntos. Nadie vio señales de vida en el conjunto fuenlabreño, cuyos jugadores miraban a todos lados en busca del tiempo restante.
El resultado, uno de los más abultados de la historia del Herbalife Gran Canaria, permite a los amarillos sumar un necesario primer triunfo liguero. En seis días, visita exigente a UCAM Murcia.
Rodillo absoluto
Los de Cuspinera no estaban en el Gran Canaria Arena, y el Herbalife Gran Canaria no quiso desaprovechar la ocasión para recobrar las mejores sensaciones posible. La diferencia llegó a rozar la treintena de puntos (48-19, minuto 18) con un triple de Sasu Salin, pero Montakit Fuenlabrada pudo maquillar el resultado con dos aciertos exteriores de Popovic y Cruz antes de que ambos equipos enfilasen el túnel de vestuario (53-30).
Se juntaron el hambre con las ganas de comer. El paso por vestuarios no reactivó a un Montakit Fuenlabrada que pagó demasiados platos rotos. Salin anotó la primera desde más allá de 6,75 en el tercer acto y los claretianos no miraron atrás. Si bien es cierto que Fuenlabrada consiguió anotar, durante unos minutos, con mayor facilidad, en defensa no encontraban la tecla para parar el vendaval que se les estaba viniendo encima.
La diferencia llegó a superar los 30 puntos con dos tiros libres Kuric (72-41, minuto 27). El choque empezó, en ese momento, a tomar un cariz un tanto vergonzoso para el cuadro fuenlabreño, que se veía superado por todas partes y no lograba mantenerle la cara al encuentro. Defensa a defensa, el Herbalife Gran Canaria fue aumentando la diferencia antes del bocinazo final del tercer período (86-50).
La cara de Jota Cuspinera durante todo el encuentro fue un poema. Uno de esos de retratos oscuros, lluviosos, de lectura profunda. Y dolorosa. Su gesto no cambió en todo un último cuarto en el que su equipo, en más de siete minutos, solo había anotado seis puntos. Nadie vio señales de vida en el conjunto fuenlabreño, cuyos jugadores miraban a todos lados en busca del tiempo restante.
El resultado, uno de los más abultados de la historia del Herbalife Gran Canaria, permite a los amarillos sumar un necesario primer triunfo liguero. En seis días, visita exigente a UCAM Murcia.
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