La pista andorrana se le volvió a resistir a un Herbalife Gran Canaria que recibe su primera derrota del curso.
Tras no poder tan siquiera realizar sesión de tiro el día previo en la pista de juego, el Herbalife Gran Canaria se plantó en su pabellón maldito de Andorra: cuatro visitas allí saldadas con cuatro derrotas. Casimiro volvió a introducir cambios en el quinteto inicial, dando salida de la partida a un entonado Oriol Paulí.
El Herbalife Gran Canaria anotó en su primer ataque, lo que parecía buen preámbulo de lo que se podría llegar a ver. No en vano los grancanarios llegaban a la cuarta fecha de la Liga Endesa como máximo anotador del torneo. La canasta de Mekel a tabla fue respondida por un triple de Walker. Fue MoraBanc Andorra quien llevó la voz cantante desde los primeros compases gracias a su acierto. Blazic hizo el 2/2 y, a pesar de la respuesta desde 6,75 de DJ Seeley, los de Peñarroya siempre fueron por delante.
Albicy le sacaba la segunda falta personal a Mekel en una penetración (9-7, minuto 5) que acababa en acción de 2+1. El ritmo anotador subió en la segunda mitad del primer cuarto y aunque los isleños hacían cambiar la ventaja en algunas acciones, los locales se hacían fuertes con la presencia interior de Karnowski, imparable en la pintura. Un mate suyo daba cinco de ventaja al equipo del Principado pero Albert Oliver dejaba uno de sus tiros imposibles característicos anotando un triple sobre la bocina desde nueve metros (22-20).
Fue un parche, un paliativo. Porque la sequía amarilla seguía siendo notable. Solo Oliver parecía acertado. El base acabó la primera parte con 10 puntos y de sus manos salieron los primeros siete puntos del equipo en el segundo acto: cuatro puntos, un rebote y una asistencia para el triple de Eriksson. El acierto del sueco daba tres de renta a los isleños (24-27, minuto 12) pero rápidamente MoraBanc Andorra recuperó la batuta y volvió a tocar su partitura.
Los de Peñarroya ahogaron cualquier atisbo de ataque de los amarillos. Tanto fue así que lograron un parcial de 11-0 (35-27, minuto 18) que transcurrió durante casi seis minutos de cuarto. Así es. Desde los aciertos de Eriksson y Oliver hasta la canasta en la pintura de Anzejs Pasecniks pasamos del minuto 12 de juego al 19, a la recta final ya de cuarto. No mostró mala predisposición el equipo de Casimiro. De hecho, a pesar de su sangrante sequía, evitó que MoraBanc Andorra hiciera insalvable la herida. Pero, simplemente, el balón no quería entrar. Báez y Mekel, en acciones individuales, lograron que la diferencia al término de la primera parte no fuera de dobles dígitos (41-33).
Sin embargo, y a pesar del espectacular juego del equipo del Principado, el Herbalife Gran Canaria no le perdía la cara al choque. Poco a poco recuperaba terreno para hacer que el partido se moviera en unas diferencias de ocho y diez puntos. Renta importante pero no insalvable. La salida de Luke Fischer y Xavi Rabaseda imprimió carácter a la defensa amarilla, que empezó a recuperar balones y cortocircuitar la ofensiva local. Pero era inerte, por momentos, debido al desacierto ofensivo y a errores puntuales que castigaban las esperanzas de remontada. Al término del cuarto, la diferencia había crecido con respecto al descanso (61-50).
MoraBanc Andorra llegaba a la cita con la imperiosa necesidad de ganar tras un comienzo de 0-3 en tres encuentros resueltos por pocos puntos de diferencia. Habían ganado los tres cuartos y la inercia positiva de su juego hacía presagiar un final, más o menos, cómodo para el conjunto tricolor. Pero el Herbalife Gran Canaria peleó desde la defensa su remontada.
Rabaseda y Fischer fueron nombres propios en el esfuerzo del equipo atrás. El novato americano acabó con 5 puntos y 5 rebotes en apenas siete minutos de acción. Poco a poco, ambos fueron contagiando a sus compañeros y la intensidad y energía defensiva se reflejó en el marcador. Parcial de 0-7 para poner el cerco en tan solo cinco puntos. MoraBanc Andorra volvió a estirar la diferencia gracias, nuevamente, a las pérdidas claretianas y a las concesiones del equipo grancanario en el rebote. Así, a cinco del final los locales volvían a escaparse (71-61, minuto 35) ante la desesperación del banquillo isleño.
Con 73-63 en el marcador, Xavi Rabaseda volvió a lucir músculo en la defensa y varias buenas acciones permitieron a los claretianos recortar distancias de nuevo. Una buena canasta de Oliver ponía la diferencia en cinco y Pasecniks la dejaba en cuatro (76-72, minuto 39) con un tiro libre. Los últimos minutos fueron desquiciantes para la afición del pabellón de Andorra, que veían cómo sus jugadores desperdiciaban una ventaja de 16 puntos para acabar otro partido en amago de infarto. Una canasta de Báez ponía a los isleños a uno. Oliver, segundos después, tuvo tiro para adelantar al equipo pero se fue al hierro.
A 10,6 segundos del final, Casimiro solicitó tiempo muerto con un panorama idílico tal y como había ido el encuentro: 78-76 pero posesión y tiempo de sobra para buscar la prórroga o incluso el triunfo. Eriksson no anotó una suspensión de dos puntos y Blazic se fue a la línea con 3,0 segundos. El esloveno falló los dos, Paulí cogió el rebote para encontrar a DJ Seeley y el californiano, apurado en su lucha contra el reloj, lanzó a la desesperada para encontrar solo el tablero. Los amarillos, una vez más, caen en Andorra y suman su primera derrota liguera.
El Herbalife Gran Canaria anotó en su primer ataque, lo que parecía buen preámbulo de lo que se podría llegar a ver. No en vano los grancanarios llegaban a la cuarta fecha de la Liga Endesa como máximo anotador del torneo. La canasta de Mekel a tabla fue respondida por un triple de Walker. Fue MoraBanc Andorra quien llevó la voz cantante desde los primeros compases gracias a su acierto. Blazic hizo el 2/2 y, a pesar de la respuesta desde 6,75 de DJ Seeley, los de Peñarroya siempre fueron por delante.
Albicy le sacaba la segunda falta personal a Mekel en una penetración (9-7, minuto 5) que acababa en acción de 2+1. El ritmo anotador subió en la segunda mitad del primer cuarto y aunque los isleños hacían cambiar la ventaja en algunas acciones, los locales se hacían fuertes con la presencia interior de Karnowski, imparable en la pintura. Un mate suyo daba cinco de ventaja al equipo del Principado pero Albert Oliver dejaba uno de sus tiros imposibles característicos anotando un triple sobre la bocina desde nueve metros (22-20).
Fue un parche, un paliativo. Porque la sequía amarilla seguía siendo notable. Solo Oliver parecía acertado. El base acabó la primera parte con 10 puntos y de sus manos salieron los primeros siete puntos del equipo en el segundo acto: cuatro puntos, un rebote y una asistencia para el triple de Eriksson. El acierto del sueco daba tres de renta a los isleños (24-27, minuto 12) pero rápidamente MoraBanc Andorra recuperó la batuta y volvió a tocar su partitura.
Los de Peñarroya ahogaron cualquier atisbo de ataque de los amarillos. Tanto fue así que lograron un parcial de 11-0 (35-27, minuto 18) que transcurrió durante casi seis minutos de cuarto. Así es. Desde los aciertos de Eriksson y Oliver hasta la canasta en la pintura de Anzejs Pasecniks pasamos del minuto 12 de juego al 19, a la recta final ya de cuarto. No mostró mala predisposición el equipo de Casimiro. De hecho, a pesar de su sangrante sequía, evitó que MoraBanc Andorra hiciera insalvable la herida. Pero, simplemente, el balón no quería entrar. Báez y Mekel, en acciones individuales, lograron que la diferencia al término de la primera parte no fuera de dobles dígitos (41-33).
El día de la Marmota en Andorra
Oriol Paulí anotaba nada más comenzar el tercer cuarto en un claro intento amarillo de coger sensaciones y competir el partido. Pero Blazic respondía rápidamente con un 2+1 y MoraBanc Andorra no miraría atrás durante muchos minutos. La renta del equipo de Peñarroya llegó a ser de 16 puntos (53-37, minuto 24) tras una acción de adicional de Walker. Entre Blazic y el americano anotaron 12 puntos de manera consecutiva que hicieron enloquecer a la parroquia andorrana.Sin embargo, y a pesar del espectacular juego del equipo del Principado, el Herbalife Gran Canaria no le perdía la cara al choque. Poco a poco recuperaba terreno para hacer que el partido se moviera en unas diferencias de ocho y diez puntos. Renta importante pero no insalvable. La salida de Luke Fischer y Xavi Rabaseda imprimió carácter a la defensa amarilla, que empezó a recuperar balones y cortocircuitar la ofensiva local. Pero era inerte, por momentos, debido al desacierto ofensivo y a errores puntuales que castigaban las esperanzas de remontada. Al término del cuarto, la diferencia había crecido con respecto al descanso (61-50).
MoraBanc Andorra llegaba a la cita con la imperiosa necesidad de ganar tras un comienzo de 0-3 en tres encuentros resueltos por pocos puntos de diferencia. Habían ganado los tres cuartos y la inercia positiva de su juego hacía presagiar un final, más o menos, cómodo para el conjunto tricolor. Pero el Herbalife Gran Canaria peleó desde la defensa su remontada.
Rabaseda y Fischer fueron nombres propios en el esfuerzo del equipo atrás. El novato americano acabó con 5 puntos y 5 rebotes en apenas siete minutos de acción. Poco a poco, ambos fueron contagiando a sus compañeros y la intensidad y energía defensiva se reflejó en el marcador. Parcial de 0-7 para poner el cerco en tan solo cinco puntos. MoraBanc Andorra volvió a estirar la diferencia gracias, nuevamente, a las pérdidas claretianas y a las concesiones del equipo grancanario en el rebote. Así, a cinco del final los locales volvían a escaparse (71-61, minuto 35) ante la desesperación del banquillo isleño.
Con 73-63 en el marcador, Xavi Rabaseda volvió a lucir músculo en la defensa y varias buenas acciones permitieron a los claretianos recortar distancias de nuevo. Una buena canasta de Oliver ponía la diferencia en cinco y Pasecniks la dejaba en cuatro (76-72, minuto 39) con un tiro libre. Los últimos minutos fueron desquiciantes para la afición del pabellón de Andorra, que veían cómo sus jugadores desperdiciaban una ventaja de 16 puntos para acabar otro partido en amago de infarto. Una canasta de Báez ponía a los isleños a uno. Oliver, segundos después, tuvo tiro para adelantar al equipo pero se fue al hierro.
A 10,6 segundos del final, Casimiro solicitó tiempo muerto con un panorama idílico tal y como había ido el encuentro: 78-76 pero posesión y tiempo de sobra para buscar la prórroga o incluso el triunfo. Eriksson no anotó una suspensión de dos puntos y Blazic se fue a la línea con 3,0 segundos. El esloveno falló los dos, Paulí cogió el rebote para encontrar a DJ Seeley y el californiano, apurado en su lucha contra el reloj, lanzó a la desesperada para encontrar solo el tablero. Los amarillos, una vez más, caen en Andorra y suman su primera derrota liguera.
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