El Herbalife Gran Canaria dejó todo su sudor sobre el parqué para forzar la prórroga y quedarse a dos puntos de la remontada.
Sin concesiones. Galatasaray saltó a la pista del Gran Canaria Arena sin especular, con soltura en el juego y, además, acierto. Lasme, en la pintura, dio el primer aviso. El conjunto turco salió mandando y solo Pangos, con dos triples consecutivos (8-6, minuto 3), ofrecía la alternativa amarilla.
Los de Ataman seguían mandando en el electrónico con fluidez en ataque. El Herbalife Gran Canaria, no obstante, no le perdía la cara al choque en ningún momento, con un DJ Seeley que entró en trance durante minuto y medio con nueve puntos consecutivos. No obstante, el Galatasaray acababa el primer envite con dos de ventaja (27-29).
Lasme amenazaba de nuevo, en el inicio del segundo acto, con despegar al equipo otomano. Pero el Granca, con hechuras de equipo grande, respondió al reto. Seeley clavó un triple y Omic anotó cinco puntos en un abrir y cerrar de ojos para dar la máxima ventaja hasta el momento (35-31, minuto 12) y espolear a un Gran Canaria Arena que estuvo de sobresaliente durante los cuarenta minutos de juego.
Galatasaray no se marchaba del choque en ningún momento. Aguantaba estoico las acometidas de un Herbalife Gran Canaria que tenía delante a un rival de grandes nombres, y de grandes convicciones. Micov, con dos tiros libres, volvía a adelantar a los visitantes, pero Aguilar y Newley, con un triple sobre la bocina, lanzaban al Granca antes del descanso (48-44).
Diez abajo en la eliminatoria y veinte minutos por delante. Mucho cansancio y desgaste en piernas y manos, pero no en la cabeza. El indomable espíritu de este grupo amarillo salió a relucir en un tercer período brillante. Sin alardes ofensivos, puesto que a duras penas conseguían los isleños ventajas de cinco o siete puntos. Pero con una solidez asombrosa, defendiendo cada línea de pase como si fuera el legado que dejasen en esta Tierra.
Y llegó el estirón. Salin anotó cinco puntos consecutivos y Rabaseda, excelso en el esfuerzo pero lastrado por las faltas, lograba poner diez de diferencia. Y esa era la renta que tendría el equipo grancanario para el último cuarto, a pesar de la que diferencia llegó a ser de doce tantos tras triple de Aguilar (67-57).
No hacía falta dormir para ver que el sueño estaba ahí, al alcance de la mano. Pero la primera mitad del último cuarto fue, cuanto menos, descorazonadora. Y es que los de Aíto García Reneses empezaron a ver el aro muy pequeño, y los balones cobraban vida.
Pérdida tras pérdida, el Galatasaray recortó distancias, aunque tan solo hasta los seis puntos (68-62, minuto 35) ya que McCollum y compañía tampoco estaban teniendo la noche de sus vidas.
Y, sin embargo, parecía un mundo. La grada animaba pero conscientes de que era todavía más difícil. De eso no entiende este Herbalife Gran Canaria. Un corazón de guerrero con cicatrices pero sobreviviente. Rabaseda anotaba dos, y acto seguido robaba en saque de fondo. El catalán, recordando triples de huella amarilla en A Coruña, clavaba otro para hacer explotar al Gran Canaria Arena (73-62, minuto 36) y meter el miedo en el cuerpo a los turcos.
Recuperación, triple de Albert Oliver y, con cuatro minutos por disputarse, partido nuevo con 76-62 y eliminatoria igualada. Durante varios intervalos de los últimos compases del tiempo regular, el Herbalife Gran Canaria estuvo en la final. Micov, a 56 segundos, colocaba el 85-82 que metía a los suyos. McCollum respondía luego a Seeley, y Aguilar clavaba un triple estratosférico para el 90-74 a 6,3 segundos del final. Micov, de nuevo, tiró de galones para igualar, y el último triple de Albert Oliver no entró.
Con 90-76 se llegó al tiempo extra. Y allí se vivió un carrusel de errores propios de quienes se juegan tanto. Daba igual que fuese McCollum, máximo anotador por partido histórico de la Eurocup; o DJ Seeley, que había firmado un auténtico partidazo. Los tiros no entraban.
Pero para abajo no se salen, y Báez lograba el 94-78 con un mate. No conseguían anotar, y DJ Seeley gozó de dos tiros libres que hubiesen supuesto el más cuatro en la eliminatoria. Pero no entraron. McCollum no perdonó e igualó. Galatasaray anotaría un punto más para el 94-81; el Herbalife Gran Canaria, con 17,8 segundos por delante, no conseguiría mover su casillero de puntos.
El indomable espíritu del Granca acabó sucumbiendo castigado por sus propios errores. Pero es imposible que, sintiendo esta camiseta y sudándola como lo hacen, no se cometan errores. El sueño continental del Herbalife Gran Canaria acabó por tan solo dos puntos, pero quedará recordado durante toda la vida.
Ficha técnica:
94 – Herbalife Gran Canaria (27+21+19+23+4): Pangos (14), Salin (5), Newley (6), Báez (7) y Omic (16) -cinco inicial-, Aguilar (9), Savané (2), Rabaseda (9), Seeley (23) y Oliver (3).
81 – Galatasaray Odeabank (29+15+13+19+5): McCollum (16), Güler (9), Micov (21), Schilb (7) y Lasme (11) -cinco inicial-, Jerrells (5), Davis (9), Koksal (-) y Green (3).
Árbitros: Belosevic (Serbia), Jasevicius (Lituania) y Fritz (Alemania). Eliminaron por faltas personales al local Rabaseda (min. 36) y a los visitantes Lasme (min. 36) y Davis (min. 44).
Incidencias: partido de vuelta de la eliminatoria de semifinales de la Eurocup de baloncesto disputado en el Gran Canaria Arena ante 7.908 espectadores.
Los de Ataman seguían mandando en el electrónico con fluidez en ataque. El Herbalife Gran Canaria, no obstante, no le perdía la cara al choque en ningún momento, con un DJ Seeley que entró en trance durante minuto y medio con nueve puntos consecutivos. No obstante, el Galatasaray acababa el primer envite con dos de ventaja (27-29).
Lasme amenazaba de nuevo, en el inicio del segundo acto, con despegar al equipo otomano. Pero el Granca, con hechuras de equipo grande, respondió al reto. Seeley clavó un triple y Omic anotó cinco puntos en un abrir y cerrar de ojos para dar la máxima ventaja hasta el momento (35-31, minuto 12) y espolear a un Gran Canaria Arena que estuvo de sobresaliente durante los cuarenta minutos de juego.
Galatasaray no se marchaba del choque en ningún momento. Aguantaba estoico las acometidas de un Herbalife Gran Canaria que tenía delante a un rival de grandes nombres, y de grandes convicciones. Micov, con dos tiros libres, volvía a adelantar a los visitantes, pero Aguilar y Newley, con un triple sobre la bocina, lanzaban al Granca antes del descanso (48-44).
Diez abajo en la eliminatoria y veinte minutos por delante. Mucho cansancio y desgaste en piernas y manos, pero no en la cabeza. El indomable espíritu de este grupo amarillo salió a relucir en un tercer período brillante. Sin alardes ofensivos, puesto que a duras penas conseguían los isleños ventajas de cinco o siete puntos. Pero con una solidez asombrosa, defendiendo cada línea de pase como si fuera el legado que dejasen en esta Tierra.
Y llegó el estirón. Salin anotó cinco puntos consecutivos y Rabaseda, excelso en el esfuerzo pero lastrado por las faltas, lograba poner diez de diferencia. Y esa era la renta que tendría el equipo grancanario para el último cuarto, a pesar de la que diferencia llegó a ser de doce tantos tras triple de Aguilar (67-57).
No hacía falta dormir para ver que el sueño estaba ahí, al alcance de la mano. Pero la primera mitad del último cuarto fue, cuanto menos, descorazonadora. Y es que los de Aíto García Reneses empezaron a ver el aro muy pequeño, y los balones cobraban vida.
Pérdida tras pérdida, el Galatasaray recortó distancias, aunque tan solo hasta los seis puntos (68-62, minuto 35) ya que McCollum y compañía tampoco estaban teniendo la noche de sus vidas.
Y, sin embargo, parecía un mundo. La grada animaba pero conscientes de que era todavía más difícil. De eso no entiende este Herbalife Gran Canaria. Un corazón de guerrero con cicatrices pero sobreviviente. Rabaseda anotaba dos, y acto seguido robaba en saque de fondo. El catalán, recordando triples de huella amarilla en A Coruña, clavaba otro para hacer explotar al Gran Canaria Arena (73-62, minuto 36) y meter el miedo en el cuerpo a los turcos.
Recuperación, triple de Albert Oliver y, con cuatro minutos por disputarse, partido nuevo con 76-62 y eliminatoria igualada. Durante varios intervalos de los últimos compases del tiempo regular, el Herbalife Gran Canaria estuvo en la final. Micov, a 56 segundos, colocaba el 85-82 que metía a los suyos. McCollum respondía luego a Seeley, y Aguilar clavaba un triple estratosférico para el 90-74 a 6,3 segundos del final. Micov, de nuevo, tiró de galones para igualar, y el último triple de Albert Oliver no entró.
Con 90-76 se llegó al tiempo extra. Y allí se vivió un carrusel de errores propios de quienes se juegan tanto. Daba igual que fuese McCollum, máximo anotador por partido histórico de la Eurocup; o DJ Seeley, que había firmado un auténtico partidazo. Los tiros no entraban.
Pero para abajo no se salen, y Báez lograba el 94-78 con un mate. No conseguían anotar, y DJ Seeley gozó de dos tiros libres que hubiesen supuesto el más cuatro en la eliminatoria. Pero no entraron. McCollum no perdonó e igualó. Galatasaray anotaría un punto más para el 94-81; el Herbalife Gran Canaria, con 17,8 segundos por delante, no conseguiría mover su casillero de puntos.
El indomable espíritu del Granca acabó sucumbiendo castigado por sus propios errores. Pero es imposible que, sintiendo esta camiseta y sudándola como lo hacen, no se cometan errores. El sueño continental del Herbalife Gran Canaria acabó por tan solo dos puntos, pero quedará recordado durante toda la vida.
Ficha técnica:
94 – Herbalife Gran Canaria (27+21+19+23+4): Pangos (14), Salin (5), Newley (6), Báez (7) y Omic (16) -cinco inicial-, Aguilar (9), Savané (2), Rabaseda (9), Seeley (23) y Oliver (3).
81 – Galatasaray Odeabank (29+15+13+19+5): McCollum (16), Güler (9), Micov (21), Schilb (7) y Lasme (11) -cinco inicial-, Jerrells (5), Davis (9), Koksal (-) y Green (3).
Árbitros: Belosevic (Serbia), Jasevicius (Lituania) y Fritz (Alemania). Eliminaron por faltas personales al local Rabaseda (min. 36) y a los visitantes Lasme (min. 36) y Davis (min. 44).
Incidencias: partido de vuelta de la eliminatoria de semifinales de la Eurocup de baloncesto disputado en el Gran Canaria Arena ante 7.908 espectadores.
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