Antes de que el Herbalife Gran Canaria copase todos los focos de atención baloncestística del archipiélago, las miradas se dirigían hacia Tenerife. Allí, el Canarias representaba la guía a seguir en el baloncesto masculino ya que con sus parejas de americanos históricos o las apariciones de Cabrera o Szczerbiak hacían del Luther King en un prinicpio, y del Ríos Tejera después, el verdadero santuario del deporte de la canasta en las islas.
En la recta final de esa etapa histórica, aparecía un grancanario que tuvo el honor de vestir la elástica aurinegra. Se trataba de Antonio Rodríguez que después de ser observado por los ojeadores canaristas hizo el trayecto que separa Gran Canaria de Tenerife para enrolarse en la disciplina del club lagunero. Quién iba a decir que con el paso de los años, el apellido Rodríguez volvería a ser protagonista por la misma rama, y con un horizonte de éxitos presumible aunque todavía en pleno aprendizaje.
Esta Semana Santa para la familia Rodríguez Domínguez tendrá poco de procesiones y si mucho de baloncesto nacional. Si ya Natalia es una habitual de las convocatorias de las selecciones nacionales, ahora se añade la pequeña Elena que ya está teniendo sus primeras apariciones en torneos a nivel estatal.
Natalia pasará estos días con la U16 preparando el prestigioso Torneo de Le Poinçonnet, trofeo que otras jugadoras como Yurena Díaz ya tuvo oportunidad de disfrutar. Begoña García (mítica jugadora que llegó a la WNBA) la ha incluido en la lista y desde el 1 de abril permanecerá concentrada en el cuartel general del combinado nacional en Castelldefels. En el Torneo se enfrentarán a Francia, Republica Checa y Holanda. Una nueva oportunidad para una Natalia, que ya ha demostrado su valor en el club que le está viendo progresar con el horizonte del primer equipo a la vuelta de la esquina.
Pero también significativa es la reciente aparición de la pequeña Elena. Su primera experiencia “grande” está teniendo lugar estos días en el siempre entrañable Campeonato de España de selecciones mini. Canarias siempre ha tenido lugar entre las mejores, y en esta edición no está siendo menos. Cerrando la primera fase con dos victorias y dos derrotas, un emocionante partido ante Aragón no permitió acceder a la parte final del cuadro. Pero la experiencia ya queda en el bolsillo, y a buen seguro será el principio de un futuro esperanzador tanto para Canarias, como para Elena.
El baloncesto vuelve a ofrecer una historia de persistencia, trasmisión de valores y fidelidad a unos genes. Todo para los Rodríguez empezó en aurinegro…y continúa en amarillo canarión.
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